Alí / EFE
LA EXTRAÑA PAREJA
Caldo de gallina
JUAN JOSÉ MILLÁS
El símbolo es un concentrado de realidad como el Avecrem es un concentrado de pollo. Los símbolos y el Avecrem, administrados en dosis homeopáticas, dan buen sabor a la sopa o a la vida. Por eso, en el revuelto de noticias sobre la invasión de Irak, añadimos siempre una pizca de Alí, el niño al que no tuvimos más remedio que arrancar las cuatro extremidades durante la primera etapa de la democratización de aquel país.