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LA POSGUERRA DE IRAK | El despliegue militar español

La calma vuelve a Basora tras un fin de semana de enfrentamientos

Basora, al sur de Irak, retornó ayer a la calma tras dos días de disturbios ocasionados por la falta de gasolina y electricidad. El portavoz de las fuerzas británicas en la ciudad, Charlie Mayo, afirmó que "la calma ha vuelto y estamos distribuyendo gasolina en las estaciones de servicio". La coalición angloamericana informó en un comunicado de que ya estaba suministrando "gasolina procedente de reservas militares y de partidas confiscadas durante ocupaciones contra el contrabando".

El comunicado también agregó que nuevas turbinas habían sido instaladas en una central eléctrica defectuosa, lo que aumentó la producción de energía. Sin embargo, la electricidad no ha podido ser restablecida de manera permanente, lo que causa que la refinería de la ciudad no funciona para ofrecer el suministro de petróleo y gasolina.

Los tanques británicos permanecen en las calles de la ciudad tras los disturbios del fin de semana en los que murieron dos ciudadanos iraquíes y un guardia nepalí, miembro de los servicios de seguridad de la ONU. Las revueltas surgidas en Basora -segundo núcleo urbano de Irak, con amplia mayoría de población chií- fueron resultado de tensiones entre los habitantes de la ciudad después de que la escasez de gasolina provocara el aumento del precio del combustible y la carencia de suministro eléctrico dejara a la población con servicio irregular en momentos en que los termómetros indicaban temperaturas superiores a los 50 grados centígrados.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de agosto de 2003