Jorge Dezcallar, director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), disculpó ayer los errores de los servicios de inteligencia respecto a la posesión de armas de destrucción masiva por parte del régimen iraquí. "Nuestra labor no es una cuestión aritmética ni matemáticamente exacta", dijo el jefe del servicio secreto español. "Nosotros nos basamos en datos, fotografías, informes de unos y de otros, colaboradores... y de ahí tratamos de extraer conclusiones para dar a los responsables políticos una base sólida sobre la que tomar decisiones".
En realidad, la polémica que se ha abierto en EE UU, Reino Unido y también en España no se refiere a las informaciones de los servicios de inteligencia, sino a la tergiversación de los mismos por parte de los responsables políticos. George W. Bush aseguró que Irak intentó comprar uranio en Níger, Tony Blair dijo que Sadam Husein podía desplegar armas de destrucción masiva en 45 minutos y José María Aznar declaró que el régimen de Bagdad disponía de armamento químico, sin que los respectivos servicios de inteligencia avalaran en ningún caso dichas afirmaciones.
Dezcallar, que tiene rango de secretario de Estado, se mostró dispuesto a acudir al Congreso de los Diputados para explicar los informes elaborados por el CNI si así se lo solicita su presidenta, Luisa Fernanda Rudi. "Haré lo que me diga el Congreso, estoy a su disposición, aunque de momento no me ha llamado nadie", explicó. La Diputación Permanente de la Cámara baja se reunirá el día 19 para decidir, entre otras cuestiones, la comparecencia de Dezcallar, solicitada por el PSOE. El 4 de septiembre acudirá a la Comisión de Secretos oficiales para informar sobre el uso de los gastos reservados.
Dezcallar hizo estas declaraciones tras mantener una reunión de cortesía con la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de agosto de 2003