Al menos 15 personas, entre ellas varios niños, perdieron la vida ayer en una explosión en el interior de un autobús al sur de Afganistán, según funcionarios provinciales, que no pudieron determinar si ha sido un atentado contra un vehículo de transporte colectivo o si alguien transportaba una bomba en el interior de un minibús. Según los funcionarios locales, al menos seis niños, ocho hombres y una mujer murieron en la fatal explosión, ocurrida en el distrito de Nadi Ali, unos 30 kilómetros al sureste de Lashkargah, la capital de la provincia de Helmand.
Según la cadena de televisión estadounidense CNN, 15 de los ocupantes del vehículo murieron, aunque nadie ha podido precisar si el artefacto explosivo se encontraba en el interior del minibús o fue activado a distancia a su paso. Por el momento nadie ha reclamado la autoría ni se ha hecho responsable, pese a que las autoridades provinciales apuntan a la red terrorista Al Qaeda o a supervivientes del régimen talibán como los presuntos autores.
Además de los 15 muertos en el atentado del autobús, en tan sólo 24 horas, 61 personas perdieron la vida y docenas resultaron heridas en diferentes estallidos de violencia en todo Afganistán en el día más sangriento y conflictivo vivido en el país este año. Los ataques contra las tropas afganas y los miembros de la fuerza multinacional desplegada en Afganistán han sido frecuentes desde la caída del régimen talibán e incluso han alcanzado al vecino Pakistán.
El canciller alemán, Gerhard Schröder, aseguró ayer que desde el punto de vista político sería deseable ampliar la misión de la tropa multilateral que opera en Kabul a la región de Kunduz, pero advirtió que se debe definir primero si es viable desde el punto de vista militar. "El proceso político en Afganistán tiene que ser protegido y como la policía afgana todavía no tiene los recursos necesarios se requiere la presencia internacional", dijo Schröder. Sin embargo, el canciller recordó que actualmente hay un equipo que explora la región y que deberá determinar si desde el punto de vista de seguridad es posible ampliar la misión.
Las declaraciones de Schröder se producen días después de que su ministro de Defensa, Peter Struck, dejara entrever la posibilidad de enviar tropas a otras zonas del país, algo que el presidente afgano, Hamid Karzai, viene reclamando desde hace tiempo. El Gobierno de Bonn se hace así eco de la presión del enviado de la ONU a Afganistán, Lakhdar Brahimi, que ayer mismo volvió a insistir en una sesión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad, la neceisdad de extender la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) al resto de Afganistán. Estados Unidos sigue rechazando esa posibilidad.Hasta ahora Alemania se había manifestado también reacia a enviar soldados a zonas en las que la estabilidad es todavía sumamente precaria y el riesgo, por tanto, mucho mayor.
El pasado lunes, la OTAN asumió el mando de la fuerza multinacional en la primera misión de su historia fuera de Europa. La ISAF cuenta con 4.600 soldados de 31 países (en su mayoría socios de la Alianza), entre los que se encuentran 150 españoles. Alemania y Holanda se habían hecho cargo del mando estratégico, el control y la coordinación de esa fuerza hasta ese momento.
El actual mandato de ISAF acabará en junio de 2004, cuando se celebren elecciones en Afganistán, según lo previsto en los acuerdos de Bonn, alcanzados en diciembre de 2001 tras la caída de los talibanes. La misión de la Alianza Atlántica en Afganistán será "una de las más duras", según reconoció el pasado julio su secretario general, George Robertson.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de agosto de 2003