El presidente del consejo nacional del PNV, Xabier Arzalluz, admitió ayer que dará la bienvenida a los votos de los parlamentarios de la disuelta Batasuna (ahora Sozialista Abertzaleak) si sirven para sacar adelante en el Parlamento vasco el plan Ibarretxe. "No voy a condenar a nadie que apoye el plan, porque hará algo bueno", dijo, aunque negó la existencia de cualquier pacto con la antigua Batasuna.
La principal conclusión de la tradicional reunión que celebra cada agosto la dirección peneuvista en San Sebastián con motivo de las fiestas patronales, y que tiene como objetivo marcar la estrategia para el inicio del curso político, es que todo el partido va a apoyar "como un solo hombre" la iniciativa del lehendakari. Para que el plan de libre adhesión de Euskadi a España, que Ibarretxe quiere tramitar como un proyecto de ley de reforma del Estatuto, obtenga la mayoría absoluta en el Parlamento, necesita que al menos dos diputados de Batasuna le presten su apoyo. Los tres partidos del Gobierno (PNV, EA e IU) disponen de 36 escaños, frente a los 39 que suma la oposición (PP, PSE y Sozialista Abertzaleak).
Frente a la postura del lehendakari, que ha evitado reiteradamente pronunciarse sobre si se apoyará o no en los votos de los diputados del partido ilegalizado, Arzalluz lo tiene muy claro: "En el Parlamento no se rechazan los votos de nadie, como hacen PP o PSE". Pero a renglón seguido aseguró que ni Ibarretxe ni el PNV han sellado un acuerdo con los diputados de la ilegalizada Batasuna para que les apoyen en ese debate.
A las acusaciones del portavoz del PP vasco, Leopoldo Barreda, y, ayer mismo, de su presidente, Carlos Iturgaiz, en el sentido de que hay un acuerdo entre nacionalistas y radicales, Arzalluz respondió: "Estoy tan expectante como ustedes sobre lo que va a pasar en ese pleno". El plan propuesto por Ibarretxe tiene para el presidente del PNV la virtualidad de haber abierto el debate sobre el cambio del marco jurídico-político, y además, proyectarlo a todo el ámbito nacional, al haber arrastrado también a los catalanes y a los socialistas. Aunque, según dijo, la propuesta del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, es menos explosiva que la del PNV, es muy significativo que Pujol "haya perdido toda la confianza en el PP y en Aznar". Respecto a la alternativa anunciada por los socialistas vascos, Arzalluz se mostró muy escéptico y dijo que jamás perdonará al PP y al PSOE que hayan vendido a la opinión pública que PNV y ETA van de la mano.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de agosto de 2003