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La justicia argentina ordena la detención de tres jefes de la guerrilla de los Montoneros

Detenidos dos ex líderes en Buenos Aires y ordenada la captura del tercero en Barcelona

Los jueces federales argentinos, acusados en los últimos años de someterse a las presiones políticas, parecen recuperar ahora la independencia y el tiempo perdido. Fernando Vaca Narvaja y Roberto Cirilo Perdía, dos de los tres responsables de los Montoneros, brazo armado de la izquierda peronista en los años setenta, fueron detenidos ayer en Buenos Aires. El juez federal Claudio Bonadío ordenó también el arresto preventivo de Mario Firmenich, el máximo jefe de los Montoneros, que reside en Barcelona, mediante una petición a la justicia española.

El magistrado Bonadío investiga el asesinato y la desaparición de 15 militantes de la organización montonera en 1980 a manos de grupos de las Fuerzas Armadas cuando regresaron al país para iniciar una "contraofensiva".

Bonadío recibirá hoy la declaración indagatoria de los imputados y les informará luego de su situación procesal. El juez considera "comprometida" la situación de los detenidos porque, a su juicio, la "conducción nacional de la organización era consciente del riesgo que se corría" y tendría que haber tomado "todos los recaudos necesarios para que sus decisiones no fueran funcionales a la estructura ilegal de represión organizadas por el gobierno de las fuerzas armadas en el periodo de 1976-1983".

La secretaria de Defensa del Consumidor del Gobierno, Patricia Vaca Narvaja, dijo ayer a las puertas de los tribunales que su hermano Fernando nunca "colaboró" con los represores ni "entregó" a los compañeros, y vinculó la orden de detención con los procesos que se siguen a los militares, "porque se quiere reeditar la teoría de los dos demonios". Las denuncias de la supuesta relación de los dirigentes Montoneros con los servicios de espionaje de la dictadura fueron recogidas en investigaciones periodísticas. Miguel Bonasso, escritor y ex secretario de prensa de los Montoneros entre 1971 y 1979, candidato a diputado nacional por el Partido de la Revolución Democrática en las elecciones del próximo 24 de agosto para elegir jefe de Gobierno de Buenos Aires, admitió en una entrevista con EL PAÍS que tuvo "sospechas", pero nunca pruebas de esa colaboración.

En 1989, los ex jefes montoneros financiaron parte de la campaña electoral del ex presidente Carlos Menem. Un año más tarde, a fines de 1990, Mario Firmenich fue beneficiado con los decretos de indulto junto con el ex general Jorge Videla y los comandantes de la dictadura militar, condenados a reclusión perpetua. Intentó estudiar y vivir en Buenos Aires, abrió un estanco y luego se marchó a Barcelona.

Roberto Perdía colaboró con el ex ministro del Interior Carlos Corach durante el mandato de Menem y lideraba ahora una modesta organización de piqueteros conocida como Organizaciones Libres del Pueblo. Vaca Narvaja colaboró en la periferia de Buenos Aires con el alcalde de San Miguel, montó luego un taller de reparación de neumáticos en el barrio de Floresta y se proponía ahora reanudar la actividad política.

Por otro lado, ayer falleció el ex coronel Eugenio Antonio Barroso, reclamado por el juez español Baltasar Garzón como jefe de un centro de torturas en Tucumanán.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de agosto de 2003