El poeta asturiano Ángel González (Oviedo, 1925) reconoció ayer que tal vez ha "llegado a un final", y que no siente "motivaciones muy fuertes" para seguir escribiendo. "Uno sabe, o teme o piensa que, si sigue escribiendo sin motivaciones muy fuertes, corre el riesgo de repetirse y de hacer peor lo que antes había hecho ya. Ése es mi caso ahora. Yo no tengo en este momento unas motivaciones muy fuertes para escribir, y, por tanto, prefiero guardar silencio", dijo en Santander, donde anoche participó en una velada poética en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. "No siento esas presiones que antes me motivaban a escribir un poema, o son muy débiles o inexistentes, por tanto, pienso que tal vez haya llegado el final, uno no puede pretender escribir toda la vida", afirmó uno de los autores más representativos de la generación del 50. "Tal vez sea un periodo transitorio, ojalá", deseó. "Claro que me gustaría volver a escribir, pero eso no depende de mi voluntad. Un poeta, creo yo, no escribe cuando quiere, sino cuando puede o lo necesita. Si no, los poemas pierden intensidad, interés", afirmó.
El poeta describe la "sorpresa de las cosas, que de pronto se ven bajo una luz que nunca las habían iluminado antes", lo que le motivó casi siempre para la escritura. "Los temas para mí han sido más o menos siempre los mismos: la sensación que produce el paso del tiempo, el sentimiento amoroso, la crítica sociopolítica o histórica", concluyó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de agosto de 2003