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Crítica:

Réquiem por la clase media

Crónica de una generación que vio esfumarse la utopía soviética, 'Homo zapiens' es un antológico y alucinado viaje a la mente de un publicitario. Situada en la Rusia poscomunista, la novela ofrece una desternillante radiografía del consumismo, la comunicación y la cultura.

Quien aún albergue dudas sobre la imparable mimetización que padecen los políticos retratados en los guiñoles televisivos debe leer sin demora este antológico y alucinado viaje al fondo de la mente de un redactor publicitario que es, de paso y como quien no quiere la cosa, el más demoledor examen a que cabe someter al sistema que algunos se empeñan en considerar liberal. Es cierto que Víktor Pelevin (Moscú, 1962) analiza el contexto concreto de la Rusia poscomunista, pero lo hace con tanta inteligencia y tanta gracia que sus conclusiones -pese a estar engarzadas como un vademécum de sustancias y experiencias estupefacientes aplicadas a la crítica de la cultura- sirven para entender muchas claves de la perversidad escondida bajo los argumentos de la política.

HOMO ZAPIENS

Víktor Pelevin

Traducción de José Manuel Prieto

Mondadori. Barcelona, 2003

284 páginas. 17,70 euros

El libre mercado, el consumo, la competencia, la comunicación, la cultura, la educación y la publicidad quedan al desnudo tras la corrosiva y desternillante radiografía que les hace la perpleja mirada del protagonista, Vavilén Tatarski, arquetipo de la Generación P (título original de la novela y que convirtió a Pelevin en una referencia inexcusable en el panorama de la nueva narrativa rusa), llamada así en honor de la Pepsi-Cola tibia y con poco gas que marcó la transición del país de los sóviets a la Federación Rusa de los Mercedes robados. Un buen día de finales del siglo XX, Tatarski abandona su trabajo de supervivencia como vendedor de cigarrillos en un puesto callejero para convertirse primero en modesto copywriter y más tarde en cualificado ideólogo de las verdades reveladas (y casi siempre veladas) a través de los anuncios, los periódicos y la televisión.

El autor de La vida de los insectos dedica este libro a la memoria de la clase media rusa y demuestra que la complejidad de matices que arrastra toda revisión de la historia tiene en la literatura su mayor esperanza y que la mezcla del humor con la honestidad puede producir efectos devastadores en los lugares comunes y las ideas preconcebidas. Esta crónica de una generación que vio esfumarse las últimas esperanzas en la utopía soviética alberga también un subtexto sentimental que llena de sentido las peculiaridades de la intelectualidad rusa de nuestros días, especialmente vulnerable a la manipulación y doloridamente huérfana de su propia leyenda. Por todo ello, Homo zapiens es una herramienta privilegiada para comprender la difícil situación -sobre todo en el plano individual, moral- en que quedó el homo sovieticus tras la liquidación técnica de la URSS y la invasión de la sexta parte de la Tierra por parte de las marcas, los mercaderes y sus ingeniosos secuaces.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de agosto de 2003

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