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Crónica:

El golazo de Musampa y poco más

El Atlético gana sin alardes a un Betis gris y disputará hoy al Málaga el Trofeo Carranza

Promete el Atlético, pero sin exagerar. Tiene pinta de equipo serio, poco dado a la fantasía aunque bien diseñado. Ayer venció al Betis en un partido de los que hay decenas en la Liga. Un partido oscuro, vulgar, poco agradable para la vista, donde la imaginación apenas aparece y en el que la táctica lo oprime todo de tal manera que cualquier acción que se salga del discurso dicta sentencia. El gol de Musampa, por ejemplo.

BETIS 0 - ATLÉTICO 2

Betis: Prats; Varela, Juanito, Lembo, Luis Fernández; Arzu, Assunçao; Joaquín, Capi (Fernando, m. 55), Ismael (Denilson, m. 55); y Tote (Maldonado, m. 70).

Atlético: Juanma; Aguilera, García Calvo, Lequi, Sergi; Ortiz (Movilla, m. 73), Simeone (Jorge, m. 80), Colsa, Musampa; Paunovic (Javi Moreno, m. 51); y Fernando Torres (Rodrigo, m. 68).

Goles: 0-1. M. 42. Musampa se va de Varela y de Assunçao y bate a Prats de disparo raso.

0-2. M. 90. Javi Moreno marca con la derecha tras un contragolpe.

Árbitro: Losantos.

Segunda semifinal del Trofeo Carranza. Unos 18.000 espectadores. La final la jugarán hoy el Málaga y el Atlético (22.00, Autonómicas).

Superó la prueba el Atlético gracias a ese tanto, pues el postrero de Javi Moreno fue anecdótico. Le faltó al equipo de Manzano presencia en el medio del campo en los primeros compases. Le faltó criterio, calma, toque. Quizá Movilla hubiera servido para tales menesteres. Presionaba el Betis y le quemaba el balón al Atlético. Le quemó, por ejemplo, a Aguilera en el minuto 15 y Tote, en su única acción mínimamente digna, vio la carrera de Joaquín. Y mientras García Calvo decidía si tirar o no el fuera de juego, el extremo internacional se presentó ante Juanma, al que superó con una vaselina que se marchó fuera por poco, llorando.

Parecía que el Betis se iba a hartar de tocar y tocar. Pues no. Porque en cuanto el Atlético ajustó las líneas, su rival desapareció. Tardaron los rojiblancos en asomarse arriba, media hora exactamente. Fue en una falta lanzada con habilidad por Musampa que pasó cerca de la cruceta. La jugada había nacido en un control de Fernando Torres, quien aguantó el empujón de Juanito, bajó la pelota en pleno salto con el pecho, la elevó ante Lembo y éste acabó derribándole. La estrella rojiblanca está lejos de ser aquel tirillas que sufría en las jugadas de choque. El gimnasio ha hecho maravillas.

Las bandas eran territorio extraño para el Atlético, empeñado como estaba en no utilizarlas. Una vez que las utilizó encontró premio. Recibió Musampa en la izquierda y dibujó una jugada sensacional. Se fue de Varela, le hizo un caño a Assunçao, se metió en el área con Capi en su cogote, amagó el disparo cuando salía Prats y, en cuanto éste se arrojó al suelo, sacó un tiro seco que se fue dentro.

Por desgracia, el partido siguió sin chispa. Joaquín le ganaba la espalda a Sergi, pero, llegada la hora de la verdad, la del pase o el remate, se resbalaba o se hacía un lío tras intentar regatear a todo el que se moviera. En el otro bando, Simeone recuperaba el balón a la misma velocidad que lo perdía. Nada extraordinario ocurría, pero siempre dio la sensación de que era el Atlético el que tenía el choque de cara. Mucho más cuando Torres, con la entrada de Javi Moreno, retrasó su posición y se asomó a la media punta.

En esos minutos pudo sentenciar el Atlético. Ortiz sacó un durísimo disparo que rechazó espectacularmente Prats (m. 58). Los cambios hicieron que el partido perdiera el poco ritmo que tenía. Un par de córners del Betis fueron resueltos, no sin problemas, por la defensa rival. Y cuando el 1-0 parecía definitivo, Colsa robó un balón y armó con rapidez un contragolpe que, llevado por Jorge, culminó Javi Moreno, epílogo de un partido que el Atlético resolvió sin alardes ante un rival desaparecido.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de agosto de 2003