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Fallecen dos de los heridos y se eleva a cinco el número de muertos

Dos de los cuatro heridos ingresados en el hospital de La Paz, a causa de la explosión ocurrida el jueves en la planta de Repsol Petróleo de Puertollano (Ciudad Real), murieron ayer, en torno a la 06.30 y de las 21.50, con lo que el número de muertos a causa del accidente se eleva ya a cinco. Uno de los fallecidos es Gil Remigio Ruiz Quilón, natural de Abenojar (Ciudad Real), de 50 años, quien ingresó en el centro sanitario madrileño, muy grave, con quemaduras en el 100% de su cuerpo. Ruiz pertenecía a la plantilla de la constructora Navarro Piquer, y era compañero de otro fallecido, Roberto Fernández Murillo. El segundo fallecido ayer es Luis Paredes Durán, de 20 años, de Argamasilla (Ciudad Real), quien tenía una superficie corporal quemada del 85%, y presentaba síndrome compartimental (compresión de los nervios y de los vasos sanguíneos) en los miembros superiores. Paredes trabajaba para la constructora Crespo y Blasco.

Otros cinco operarios permanecían ingresados en centros sanitarios de Madrid: dos en La Paz y otros tres en el Hospital de Getafe. Cuatro de ellos continuaban en estado muy grave (tres presentan estado crítico), mientras un quinto está grave.

Según los médicos, los dos heridos más afectados sufrían fracaso multiorgánico y presentaban quemaduras de segundo y tercer grado.

Subcontratas

Juan Carlos Buenestado González, de 39 años, de Puertollano, tiene el 95% del cuerpo quemado y pertenece a la subcontratista Copisa. Juan de Dios García Peña, natural de Cádiz y residente en Ferrol, operario de Crespo y Blasco, tiene el 96% de su cuerpo quemado. A ambos les han sido practicadas escarotomías (corte parcial del tejido quemado) de urgencia.

De los tres heridos leves ingresados en el Hospital Santa Bárbara de Puertollano, uno recibió ayer el alta. Se trata de R. B., un bombero de 54 años, que presenta traumatismo torácico. Permanecen en observación R.M.G., operario de 57 años afectado por quemaduras leves en pie y mano e I. G. B., de 51 años, que se encuentra en el área de Reanimación con un edema de úvula (inflamación en la campanilla).

Por otra parte, a media tarde de ayer se celebró en Puertollano el funeral de Roberto Fernández Murillo, el único de los fallecidos que era natural de Puertollano, en la parroquia de San José. El fallecido trabajaba para la constructora Navarro Piquer. Tanto él como el resto de los muertos -Mariano Bragado, de Gijón; José Artigas, de Tarragona y Remigio Ruiz, de Abenojar (Ciudad Real), pertenecían a empresas subcontratadas por Repsol.

El presidente castellano-manchego, José Bono, reconoció que aunque las industrias comporten riesgos "no deberían ser de muerte, además tan continuado desde hace diez años", en referencia a los ocho operarios de Repsol muertos durante la última década, a los que se suman estos cinco.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de agosto de 2003