Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
CARTAS AL DIRECTOR

Sorpresa

Hemos leído con sorpresa el editorial del pasado miércoles 14 sobre incendios forestales. En dicho texto se afirma que para combatir los incendios se precisan estrategias preventivas de mayor calado, y se sugiere "replantear el conservacionismo a ultranza de los parques naturales" en alusión al incendio que asuela el Parque Natural de Sant Llorenç de Munt, en Barcelona.

El argumento no es nuevo: el señor Bush defiende que para que no ardan los ecosistemas forestales hay que sacar más madera, hacer más gestión forestal y eliminar tanto proteccionismo. Con esta curiosa teoría abanderada por la Administración americana se prepara el próximo asalto a los recursos naturales de EE UU, incluidos los bosques.

Aunque la comunidad científica no avala dicha teoría, conviene señalar que la situación en nuestro país se parece muy poco a la de los bosques vírgenes de Norteamérica. La política forestal española no ha practicado nunca el "proteccionismo a ultranza". La figura de parque natural permite la gestión sostenible de los recursos naturales. El problema es que las masas forestales mediterráneas no tienen la productividad de los bosques de otras regiones. Si los bosques españoles no se explotan no es debido a su protección, sino a su falta de rentabilidad.

Si en el editorial se pretendía insinuar que de haberse realizado una gestión forestal más intensa en el parque natural, éste no hubiera ardido, también se debería poder explicar por qué arden bosques y plantaciones forestales gestionadas de manera intensiva en Cataluña, Huelva o Galicia, donde, pese a la intensa extracción de madera todos los años y la constante presencia humana, no se ha podido evitar que fueran pasto de las llamas.

Cuidado con los tópicos. Lo que vemos estos días deja claro que el fuego no discrimina entre quién gobierna o cómo se gestiona. Los incendios forestales son un problema complejo que requiere un análisis más riguroso.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de agosto de 2003