España disputó ayer en San Fernando (Cádiz) su primera prueba seria con vistas al Campeonato de Europa de Suecia, que tendrá lugar del 5 al 14 de septiembre, y la prueba le salió de vicio. Enfrente había un rival de enjundia, Grecia, que, además, vive un momento dulce. Sus credenciales más recientes señalan que había humillado a Italia a domicilio (59-80) y que, ahí es nada, había destrozado a la mismísima Serbia, campeona del mundo (81-61).
ESPAÑA 87 - GRECIA 76
España: Calderón (3), Grimau (3), Jiménez (2), Garbajosa (19), Gasol (14); Marco (9), Navarro (23), Herreros (2), De la Fuente (6), Alfonso Reyes (2), Yebra (2) y Bueno (2).
Grecia: Chaztzivretas (3), Papaloukas (8), Papanikolau, Dikoudis (14), Tsakalidis (8); Charissis, Sigalas (7), Fotsis (8), Alvertis (3), Rentzias (14), Kakiouzis (6) y Diamantidis (5).
Unos 3.000 espectadores en San Fernando.
Intentó Grecia convertir el choque en una batalla y se encontró con un adversario que, amén de no achicarse, asunto en el que Alfonso Reyes se las pinta como nadie, eligió el buen juego como alternativa a las escaramuzas. Navarro estuvo sembrado, Gasol hizo de Gasol, Garbajosa demostró que es un grande de Europa y los más jóvenes (Calderón, Grimau o Yebra) se contagiaron de ellos. Así que entre el jolgorio general, la selección de Moncho López agujereó a Grecia en un encuentro duro, exigente, poco amistoso, que no hizo sino arrojar magníficas noticias sobre el futuro de un equipo español que promete algo grande.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de agosto de 2003