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LA POSGUERRA DE IRAK | Ataques de la resistencia

Un ataque deja sin agua corriente a 300.000 habitantes de Bagdad

Bagdad / Baiji

Los ataques de la guerrilla iraquí contra los servicios básicos, que tienen una repercusión directa sobre la población, se intensifican. El estallido de una bomba interrumpió ayer el suministro de agua potable en la zona noreste de Bagdad. Según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), 300.000 personas quedaron sin agua corriente.

Hasta ahora, los ataques contra oleoductos y gasoductos eran frecuentes, pero no contra los servicios básicos, cuya ausencia, sobre todo de electricidad, aumenta la irritación de los iraquíes contra los estadounidenses y británicos. Los efectos del último ataque contra un oleoducto eran ayer evidentes: el humo que surgía del incendio del conducto Kirkuk-Ceyhan, un oleoducto estratégico en el norte de Irak, eran visibles desde varios kilómetros.

Aunque las autoridades provisionales iraquíes no quisieron confirmar que la interrupción del servicio de agua corriente fuese consecuencia de un ataque, Nada Doumani, portavoz del CICR en la capital iraquí, indicó que se trató de un disparo "con un lanzagranadas RPG contra una tubería que enlaza una estación de bombeo y tratamiento de agua con el barrio de Rusafa".

El sabotaje inundó un paso subterráneo para coches, que se convirtió inmediatamente en una piscina para los niños del barrio, sometidos a temperaturas diurnas que rondan los 50 grados. Las reparaciones comenzarán hoy, aunque los técnicos de la compañía de agua de Bagdad no han señalado cuándo se restablecerá el servicio, intermitente en grandes partes del país desde la invasión.

Llamas en el oleoducto

En cambio, restablecer el servicio de crudo entre Kirkuk y el puerto turco de Ceyhan, en el Mediterráneo, será cuestión de un mes, por lo menos. Las llamas se prolongan durante un kilómetro en el conducto subterráneo, situado a unos 300 metros de la carretera principal en una zona -a 200 kilómetros al norte de Bagdad- donde, según diferentes testimonios, nadie se atreve a adentrarse porque está infestada de ladrones.

"El ataque contra el oleoducto va a provocar pérdidas de siete millones de dólares al día", dijo ayer el administrador provisional estadounidense de Irak, Paul Bremer. Este sabotaje ha reducido las exportaciones de crudo iraquí, cuyos fondos son utilizados para la reconstrucción, en 250.000 barriles al día. El presupuesto establecido por las fuerzas ocupantes para el segundo semestre de 2003 preveía 3.500 millones de dólares de ingresos por exportaciones petrolíferas sobre un presupuesto total de 6.000 millones de dólares.

Mientras tanto, la cadena Al Arabiya difundió anoche una banda sonora en la que Al Qaeda anima a los iraquíes a que continúen su resistenica frente a los ocupantes. "Hemos podido matar a 1.200 en Afganistán", les alienta Abu Abdel Rahman al Najdi, que se presenta como portavoz de la red en ese país.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de agosto de 2003