Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
ORIENTE PRÓXIMO

Fracasa la cita para fijar la salida israelí de Qalquilia y Jericó

Israel ha pospuesto el traspaso a la Autoridad Palestina del control de seguridad en las ciudades de Qalquilia y Jericó al fracasar anoche una reunión entre las dos partes. La retirada del Ejército, que debía haberse producido hoy mismo, había sido previamente anunciada por el propio Gobierno israelí y debía haber servido de modelo para proseguir con Ramala y Tulkarem la próxima semana.

"La reunión ha concluido sin resultados y sin calendario. No habrá retirada ni mañana [por hoy] ni pasado mañana", declaró Elías Zananiri, portavoz del ministro palestino de Asuntos de Seguridad a la agencia France Presse. Zananiri explicó que Israel se había negado a desmantelar su control militar a la entrada de Qalquilia.

A pesar de las protestas de algunos ministros del ala derecha del Likud -entre ellos, la titular de Educación, Limor Livnat, y el de Sanidad, Dan Nave-, el jefe del Ejecutivo, Ariel Sharon, había sacado adelante la iniciativa de retirarse gradualmente de las áreas autónomas de Qalquilia y Jericó. De acuerdo con el comunicado oficial remitido por su Oficina tras la reunión del Gabinete, el objetivo era impulsar la nueva vía de negociaciones bilaterales y la aplicación de la Hoja de Ruta.

Según este plan de paz elaborado por el Cuarteto (formado por Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y la ONU), la Autoridad Palestina tenía que haber celebrado elecciones durante el primer semestre de este año, pero no lo hizo bajo el pretexto de que el Ejército mantenía ocupados territorios autónomos.

Repliegue gradual

"Nos vamos a replegar gradualmente y de forma coherente, con mucho cuidado y poniendo condiciones", aseguró el ministro israelí de Defensa, Saúl Mofaz, tras el Consejo de Ministros. Para apaciguar a algunos de sus compañeros de partido y de muchos ciudadanos israelíes, Mofaz enumeró las condiciones que deben cumplir aún los palestinos: poner bajo control a los militantes buscados, actuar policialmente contra la infraestructura del terrorismo e impedir nuevos atentados.

Los dirigentes palestinos se mostraron relativamente satisfechos. Mientras que el ministro palestino de Información, Nabil Amro, calificó la medida de "paso en la dirección correcta", el asesor presidencial Nabil Abu Rudeina señaló: "Para ser un gesto genuino, deberían retirarse de todas las áreas autónomas". Las posiciones de ambos fueron a su vez muestra de la actual bicefalia en el liderazgo de la Autoridad Palestina, con Amro representando la posición del primer ministro, Mahmud Abbás Abu Mazen, y Abu Rudeina la del presidente Yasir Arafat.

Los menos entusiasmados por la aplicación de esta medida fueron los dirigentes locales. El alcalde de Qalquiliya, Maarouf Zahran, negó que la retirada del Ejército vaya a cambiar nada sobre el terreno. "Si nos tienen cercados por los cuatro costados, y hay un solo acceso de entrada y salida de ocho metros de ancho, ¿de qué nos sirve esta retirada?".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de agosto de 2003