Quisiera aportar mi opinión sobre el reportaje España envejece publicado el pasado domingo 10 de agosto. Desde hace unos veinte años se produce en España un descenso de la natalidad y el consecuente envejecimiento de la población por causas diversas de índole socioeconómico: desaparece el pronatalismo franquista, se legalizan los preservativos, aumenta el acceso de la mujer al trabajo y la Universidad, y se posponen los matrimonios y los hijos. Actualmente, la sociedad ya ha asumido esos cambios y son motivos fundamentalmente económicos los que actúan, como la carestía de la vivienda, los despidos libres, las prejubilaciones y la precariedad en los empleos, que retrasan la nupcialidad y reducen el número de hijos.
El Gobierno y los empresarios deberían afrontar estos temas abandonando los postulados rentabilistas que los sostienen y favoreciendo el acceso al trabajo de los parados (aún quedan dos millones), de las amas de casa (la tasa de actividad femenina es aún baja) y promoviendo políticas sociales en favor de compatabilizar el trabajo y la vida familiar. Todo esto es mejor que recurrir, exclusivamente, a la inmigración, pues ellos tampoco solucionan el envejecimiento, ya que muchos no cotizan a la Seguridad Social y al final tampoco tienen hijos, conviertiéndose a la postre en demandantes de prestaciones sociales, dependientes de la población activa que cotiza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de agosto de 2003