El señor presidente, la empresa, los taurinos y demás familia ruegan que el próximo año los toros, mediante mutación transgénica, salgan con tres orejas para mayor gloria de todos ellos.
El público disfrutó de veras, poco importaba que el primer torillo se cayera, que El Juli toreara a distancia o que César Jiménez se colocara fuera cacho. Todos, con flores a María o a quien fuere menester, que el triunfo es grande y los detalles mínimos. ¿Que se echa fuera El Juli? Dos orejas. ¿Que Jiménez receta un bajonazo? Una oreja. ¿Que el público no las pide? Dos orejas.
Y la realidad es que ninguno de los tres toreros necesitaba la ayuda del presidente, representante de la empresa en el palco. Finito es un torero de solvencia probada, cargado de técnica y de gusto. El Juli toreó excelentemente por naturales al quinto, paradójicamente recibiendo menos premios. Y César Jiménez, con sus defectos, está hambriento de triunfos y necesita hacerse un sitio, aunque sea de rodillas. La plaza de Málaga se divirtió. Para el próximo año será de talanqueras.
Ruiz / Finito, Juli, Jiménez
Toros de Daniel Ruiz Yagüe. Finito de Córdoba: ovación y dos orejas. El Juli: dos orejas y oreja. César Jiménez: una oreja y dos orejas. Plaza de la Malagueta, 18 de agosto. 9ª de abono. Más de tres cuartos de entrada.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de agosto de 2003