La importancia de las relaciones mutuas entre España y los Países Bajos durante la Edad Moderna es incuestionable. Desde el siglo XV hasta el siglo XVIII, ambos territorios mantuvieron una relación muy especial: empezando con las relaciones dinásticas entre Castilla y los Países Bajos en el siglo XV, terminando con la paz de Utrecht, en 1714.
Por ello se celebra el curso "España y los Países Bajos en la Edad Moderna: fuentes y cultura material" que tiene lugar esta semana en el Escorial.
La unión de las coronas tienen lugar en la persona de Carlos V, rey de España y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico gracias a la política matrimonial de sus abuelos, la muerte de su padre y la incapacidad de su madre, A pesar de que esta firmara hasta sus últimos días de Tordesillas como, Yo la Reina. Carlos V concentra en su persona una dispar herencia de las cuatro dinastías de las que descendía, este curso se centra especialmente en la herencia de su abuela María de Borgoña: los Países Bajos.
Entre los participantes destacan entre otros: Nanske Wilholt, Dtra Instituto Neerlandés Madrid; Hendrik Henrichs, Universidad Utrecht; Yolanda Rodríguez, Universidad Utrecht; Hilario Casado, Universidad Valladolid; Ana Crespo, CSIC; Ricardo García Cárcel, Universidad Autónoma de Barcelona y Werner Thomas de la Universidad Católica Lovaina.
La relación entre España y los Países Bajos quedó plasmada en todos los campos: político, económico, cultural. En estas jornadas se llevará a cabo una revisión de lo que ha quedado de estas relaciones a la luz de las fuentes que se han conservado. Se concederá especial atención a los aspectos materiales de la cultura; el intercambio de productos y objetos culturales así como edificios que dan testimonio de un pasado común. La localización en la que el curso se desarrolla, hace posible la vuelta a este Imperio en el que no se ponía el sol y cuya relación con los Países Bajos no murió en Yuste con el Emperador.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 19 de agosto de 2003