La pesca es otro de los sectores afectado por la ola de calor que ha disparado de forma insólita la temperatura del mar, hasta alcanzar algunos días los 26 grados. El calor ha espantado a los bancos de peces, singularmente a los de cerco como la sardina y el boquerón. Fuentes de la Federación Española de Cofradías de Pescadores cifran entre un 10% y 15%, en función de los puntos de pesca, la reducción de las capturas desde que comenzó la ola de calor, hace ya casi dos meses. Las cofradías más afectadas han sido, según la Federación, las de la provincia de Alicante y Castellón.
Un caso paradigmático es el de Santa Pola; los días de mayor calor el número de cajas de pescado se redujo de 1.900, cifra habitual en este período, a las 1.600. Vicente Blasco, presidente económico del colectivo, explicó ayer que los peces "se esconden" y buscan aguas más frescas. La disminución de estas especies ha empujado a los barcos más potentes a alta mar, a una distancia de la costa de entre 20 y 25 millas, en busca de marisco. Esta alternativa ha paliado las posibles pérdidas, dado que el coste en el mercado del marisco es más elevado que el del pescado de cerco. Por tanto, según Blasco, la alta temperatura del mar no supondrá pérdidas económicas para el sector. En cualquier caso, la situación ha comenzado a mejorar, según Blasco, dado que en los últimos días la temperatura ha registrado un descenso de las temperaturas. Las altas temperaturas han atraído también al Mediterráneo peces de aguas tropicales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de agosto de 2003