Una cuadrilla de las muchas que buscaban a la joven de Coín (Málaga) Sonia Carabantes, de 17 años, desaparecida desde la madrugada del pasado jueves, encontró al medio día de ayer un cadáver de mujer desnudo y semienterrado al borde de un camino de monte del vecino municipio de Monda. Anoche el director del Instituto Anatómico Forense de Málaga, Antonio García de Gálvez, indicó que "todos los indicios" apuntan a que el cadáver es el de Sonia. El padre de la muchacha, que pudo ver el rostro del cuerpo, no logró identificarlo debido al estado de descomposición.
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La patrulla regresaba a almorzar y refrescarse tras haber cubierto una de las cuadrículas en las que se dividieron los alrededores de Coín tras la desaparición de Sonia Carabantes. De repente, según contó el miembro de Protección Civil de Marbella e integrante de la citada cuadrilla, Cristóbal Toro, sintieron el olor dulzón y penetrante de un cuerpo en descomposición. Encontraron un coche abandonado con dos perros de caza a los que alguien había dejado morir atados en su interior. Pero algunos centenares de metros después, ya cerca de un pequeño polígono en construcción frente a la carretera que une Coín y Monda, sintieron el mismo olor, pero con mayor intensidad. Minutos después encontraron el cuerpo de la mujer semienterrado y desnudo, según esa primera vista, a algo más de cinco kilómetros del domicilio de la familia Carabantes y a tres del lugar donde el pasado domingo se hallaron unos pantalones ensangrentados que presuntamente eran los que vestía la joven el día de sus desaparición.
La juez de Coín encargada del caso se trasladó de inmediato hacia la zona en la que se hallaba el cadáver y ordenó el secreto del sumario.
El cuerpo estaba separado del camino de monte por una pendiente de varios metros y cerca de una huerta. Próximas a ese punto también hay dos viviendas.Desde la Guardia Civil se negó ayer en rotundo que esa zona hubiera sido explorada ya, tal y como afirmaban algunos de los voluntarios, comenzando así una cadena de rumores que apuntaban a un posible enterramiento a posteriorí de las batidas.
Las mismas fuentes aseguran que en la búsqueda por cuadrículas se realiza también con niveles de intensidad crecientes con una primera vista general, y posteriormente paso con vehículos y a pie. Además está el hecho de que parte del cuerpo sepultado bajo tierras y piedras de tamaño medio fuera desenterrado parcialmente por algún perro u otro animal.
Dos grúas
Poco antes de las dos de la tarde, llegaron hasta el lugar en el que se hallaba el cuerpo dos grúas, una de pluma grande, tipo forestal y otra más pequeña. Según fuentes cercanas a la investigación, las citadas grúas no se utilizaron para ayudar a desenterrar totalmente el cadáver, ya que las piedras que lo cubrían no era tan grandes.
Los brazos hidráulicos podrían haber servido para bajar material o incluso un investigador hasta el cadáver sin alterar el entorno antes de que lo hiciera la Policía Científica de la Guardia Civil, que llegó en helicóptero poco después de las cinco de la tarde.
El cuerpo hallado mostraba una alto grado de descomposición como consecuencia de los seis días pasados -si finalmente es el de Sonia Carabantes- así como por las altas temperaturas vividas en los últimos días en esa zona de Málaga, que ayer mismo rondaban los 40 grados.
Los padres de Sonia Carabantes permanecieron durante cerca de media hora en lugar en el que se halló el cadáver, informa Efe. Éstos abandonaron el sitio llorando y a bordo del automóvil del alcalde de Coín, Gabriel Clavijo, poco después de que la juez ordenara el levantamiento del cadáver, a la 19.30 horas. El cadáver fue traslado al Instituto Anatómico Forense de Málaga a bordo de un furgón.
Los forenses intentarán en primer lugar identificar el cadáver para confirmar si es el de la joven. Anoche, después de concluida la primera autopsia, el director del citado instituto, Antonio García de Gálvez, dijo que "todos los indicios" apuntan a que se trata de Sonia Carabantes, aunque indicó que "hay que seguir estudiando el caso".
Entre el equipo de investigadores desplazados desde Madrid por la Guardia Civil figuran varios integrantes de la Unidad Central de Operaciones (UCO). Esta unidad fue la que llevó a cabo las investigaciones sobre el asesinato de Rocío Wanninkhof, en 1999.
Al igual que en el citado caso, pocas son las pistas que hay para resolver el asunto. Por el momento, en el pueblo todo el mundo da por descontado que se trata de un caso con tintes pasionales o sexuales. Una de las primeras medidas adoptadas por los investigadores fue la de interrogar a un par de jóvenes que habían tenido relaciones sentimentales con la fallecida.
Aunque, por supuesto, no se trata de la única línea de trabajo. Fuentes cercanas a las pesquisas barajan también la posibilidad de que pudiera haberse tratado de un atropello. Voluntario o no. Pero algunos de los rastros de sangre y el estado de los objetos hallados -el móvil destrozado, el bolso en el suelo aplastado y la pérdida de un zapato- tienen muchas características comunes con las muertes por atropello. Según esta hipótesis, el conductor habría intentado deshacerse posteriormente del cadáver y de las pistas -el pantalón fue hallado en una cuneta-.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de agosto de 2003