Juan José Ibarretxe declaró ayer que para que su proyecto de "libre adhesión" de Euskadi a España sea válido deberá ser refrendado en cada una de las tres provincias del País Vasco. El lehendakari no precisó, sin embargo, qué mayoría se requeriría en ese referéndum que culminaría el desarrollo de su plan de soberanía compartida, una iniciativa que definió de "plenamente estatutaria", pese a que diversos juristas consideran que supone cambiar el modelo de Estado definido por la Constitución.
Ibarretxe, que compareció ante los medios informativos antes de asistir en Bilbao a una comida de autoridades con motivo de la Semana Grande, señaló que ha "cumplido" el plazo que se marcó el año pasado y que presentará el texto de su propuesta en el debate de política general que abrirá el periodo de sesiones de la Cámara vasca, a finales de septiembre. A partir de entonces, será el Parlamento "el que marque los tiempos" del proceso, si bien señaló que "es más importante hacerlo bien que hacerlo rápido".
"Nueva etapa"
Afirmó también que a partir de septiembre se abre "una nueva etapa" y volvió a plantear su propuesta como una vía para "arrancar a ETA de nuestras vidas para siempre" y encauzar "racionalmente" los problemas políticos. Respecto a la anunciada consulta popular en Euskadi, que debería refrendar el proyecto soberanista aunque no pasara el trámite previo de su aprobación por las Cortes, el lehendakari reiteró que se celebrará "en ausencia de violencia y sin exclusiones". Y con su proverbial entusiasmo vaticinó que el proyecto que salga del Parlamento vasco obtendrá "el mayor nivel de adhesión de todos los que se hayan presentado hasta ahora a la sociedad vasca". Ibarretxe no precisó si incluía entre ellos al Estatuto de Gernika, que fue ratificado en referéndum por el 53,13% del censo electoral vasco, un porcentaje difícil de repetir ahora con la oposición frontal del PP y PSE al plan.
Sobre la posible negativa del Estado a autorizar ese referéndum, el lehendakari indicó que las instituciones vascas tienen la capacidad de conocer la opinión de la sociedad sobre un "proyecto social". "Otra cosa es que necesite una negociación para obtener la validez jurídica", admitió.
Ibarretxe dijo tener "escasa confianza en los argumentos de aquel que para impulsar sus propias ideas no hace más que insultar y descalificar las de los demás", en respuesta a la intención del Gobierno, adelantada por este periódico, de impedir que el Parlamento vasco vote el proyecto. Y añadió que no está dispuesto a que se traslade a la sociedad vasca "un horizonte de futuro sin salida".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de agosto de 2003