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VISTO / OÍDO

Muertos de calor

No veo cómo culpar al Gobierno de los muertos por la ola de calor, pero la tiene. Esto pasa con los Gobiernos totalitarios, de intervencionismo total y de voluntad por intervenir: tanto que, al final, son culpables de todo. Primero, dieron unas cifras muy bajas de muertos, cuando en Francia eran 5.000. Alguno de estos gobernantes dijo por radio que era natural porque en Francia están menos acostumbrados al calor. Gente débil. Lo que probablemente pasa es que cuentan mejor. Ahora se ha advertido que Sanidad ha transferido todo a las autonomías, son ellas las que tienen que contar, y ya salen muchos muertos. No todos, porque la única posibilidad es contar por funerarias y centros sanitarios: resulta que en Jaén las defunciones han aumentado en un 84%, y en otras provincias, un 30%. Eso que en Jaén están más acostumbrados. Puede ser que cuenten mejor. El hecho es que otro de ellos viene y dice que esta cifra es menor a la de Francia, y que eso se debe a la prontitud de los servicios sanitarios: ya está el totalitarismo. Son "sus" centros sanitarios, mejores que los franceses. Ya vemos cómo voy encontrando culpabilidades del Gobierno. En este caso no han debido de funcionar "sus" listas de espera: no han dicho a la víctima del golpe de calor "vuelva usted en noviembre".

El supuesto abuso de acusaciones al Gobierno tiene acuñada la frase en italiano piove porco Governo, y su variante Governo ladro. Hubo un periódico italiano que cuando comenzó a gobernar Berlusconi dijo "por fin tenemos un puerco en el Gobierno", y lo alternó con el "ladrón". Ahora la acusación es porque no llueve y han tenido un ferragosto duro. Tampoco parece que hayan sabido contar bien sus muertos. Puede que les dé igual.

Si se descubriera que las cuentas no han estado bien, el Gobierno tampoco podría comprender que fuera culpa suya: existiendo una porca oposizione como la que tenemos nosotros, no hay por qué culpar a nadie más. Es curioso cómo hasta la oposición se culpa a sí misma; el último ha sido Bono, con su bello estilo frailuno de enredar el lenguaje. En todo caso, preocupa que los socialistas militantes (los sólo votantes se desesperan de la vida en general) han terminado por creerse que su partido es el culpable de lo que hace mal (o lo que hace con mal) el partido populista. Esto parece, además de un éxito personal de Aznar y de su tenacidad, un problema de la izquierda permanente, desde la guerra civil hasta nuestros días: un complejo de culpabilidad, una tristeza grande. La enfermedad de la izquierda es la neurastenia; la de la derecha, la histeria.

(Ferragosto: 15 de agosto, día de la Virgen, el más caluroso del año; como se dice del día de San Lorenzo. En algún momento se aplicó ferragosto a todo el mes).

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de agosto de 2003