Ya estamos acostumbrados a que en EL PAÍS den una visión de Andalucía, y sobretodo de Sevilla, parcial, injusta, alejada de la realidad y llena de tópicos sólo creíbles para los inocentes incapaces de percibir la complejidad que nos rodea.
En el artículo publicado el 10 de agosto, titulado "Sueños de un dios sin tiempo", se hacen afirmaciones que no se corresponden con los hechos. Entre estas joyas destacamos las dedicadas a la Expo-92, entre otras cosas se afirma: "Ahora vas y hallas hierbas creciendo...", refiriéndose a los terrenos de la Expo y acompañadas de foto como si de la prueba contundente de un delito se tratara.
Pues bien, tras la clausura de la Expo han resurgido los terrenos que la ocupan, albergando hoy la Isla de la Cartuja empresas, centros de investigación, facultades y el parque temático Isla Mágica, con un legado repartido por toda la zona como el Auditorio, el Pabellón de la Navegación o el de la Energía Viva, entre otros. A nada de esto se hace alusión en el citado artículo. Mas que les pese a algunos, Sevilla se mueve.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de agosto de 2003