La moneda única europea retrocedió ayer frente al dólar hasta niveles no vistos desde finales de abril. En una jornada marcada por la confirmación de una recesión técnica en Alemania, el euro llegó a cotizarse hasta en 1,095 dólares. La economía germana no da indicios de despegar después de haber sufrido una caída en su producto interior bruto (PIB), en esta ocasión de un 0,1%, por segundo trimestre consecutivo.
Al otro lado del Atlántico, los datos semanales en Estados Unidos señalaron una caída en las peticiones de subsidio por desempleo. Muchos analistas esperaban este descenso como prueba de que la recuperación se está consolidando. Por otra parte, el instituto privado Conference Board publicó que su índice, basado en varios indicadores económicos y que sirve como pronóstico para la evolución de la economía estadounidense, aumentó un 0,4% en julio.
Esta información fue suficiente para que los mercados de divisas entraran en una euforia que algunos expertos consideran excesiva. El optimismo sobre la recuperación en EE UU ha llevado a la divisa europea a perder más de un 4,5% frente al dólar en las últimas seis semanas. Sin embargo, varios analistas siguen manteniendo la tesis de que el repunte estadounidense no se confirmará en los datos macroeconómicos que se publicarán en los próximos tres meses.
Las bolsas vuelven a subir
Las bolsas se vieron contagiadas por la ola de optimismo sobre la economía estadounidense, y volvieron a mantener la tendencia alcista que sólo fue interrumpida el miércoles. El selectivo Ibex 35 conquistó nuevos máximos anuales y cerró por encima de los 7.200 puntos. Algunos de los más beneficiados fueron Arcelor, que subió un 2,40% y Amadeus, un 2,17%. La Bolsa de París repuntó un 0,80%, mientras Francfort alcanzó un tirón del 1,84% y Londres sólo se apuntaba un alza del 0,14%. En Wall Street, el Dow Jones subía un 0,28% y el tecnológico Nasdaq un 0,97%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de agosto de 2003