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El Rayo gana a la cantera atlética

El equipo vallecano se impone a los rojiblancos, que jugaron con cinco chavales del filial

El Rayo se tomó ayer muy en serio el torneo que lleva el nombre de su presidenta, Teresa Rivero. El Atlético, también. Pero menos. Hasta el punto de que acabó jugando con cinco chavales del filial que hasta hace muy poco eran juveniles. Arriba, en el palco, liberados de las estrecheces del campo de Vallecas, estaban Simeone, Musampa o Fernando Torres, por ejemplo. Junto a ellos, otro espectador: Álvaro Novo, uno de los protagonistas del serial veraniego que protagonizan el Mallorca y el club rojiblanco. El interior ya ha firmado su contrato con el Atlético. La saga continúa, pero sólo queda un personaje: Ibagaza. Toni Muñoz, el director deportivo rojiblanco, ha puesto el enésimo plazo de 48 horas para el fin de la película.

RAYO VALLECANO 2 - ATLÉTICO 1

Rayo Vallecano: Segura; Mario, Corino, Amaya, Graff; Peragón, Iriney, P. Sanz, Palacios; Idiakez y Bolo. También jugaron Roca, Cavas, Crussat, Geni, Helder, Marqués y Biagini

Atlético: Sergio; Gaspar, Hibic, Santi, Pínola; Ortiz, Movilla, Zahínos, Nano; Paunovic; y Javi Moreno. También jugaron: Molinero, Colsa, Toché, Nikolaidis, S. Torres, Gabi y Albarrán.

Goles: 0-1. M. 21. Javi Moreno remacha.

1-1. M. 46. Idiakez golpea desde fuera del área y el balón entra junto al palo.

2-1. Corino, de penalti.

Árbitro: Rubio Iniesta. Amonestó a Colsa.

Unos 3.500 espactadores en Vallecas. El Rayo ganó el trofeo Teresa Rivero.

Mientras Novo parloteaba con sus nuevos compañeros en la grada, en el campo el Atlético se iba haciendo más y más pequeño según transcurrían los minutos. Y el Rayo, más grande. Los vallecanos fueron de menos a más. El Atlético de más a menos. El Rayo empezó impreciso. Los rojiblancos acabaron a pelotazos. Los de Lopetegui arrancaron aletargados pero terminaron moviendo deprisa la pelota, coreados por los optimistas olés del poquísimo público. Los de Manzano, que arrancaron con el balón como aliado, apenas veían la pelota.

El Atlético empezó marcando. Y acabó perdiendo. El Rayo empezo despistado. Y acabó abrumando a su rival.

Los primeros minutos fueron de control rojiblanco. Paunovic se liberó de la bola de presidiario que parece que lo lastra cada vez que se enfunda la zamarra rojiblanca y se dedicó a jugar al fútbol desde la media punta. Ahora me desmarco por aquí, ahora me deshago de un par de rivales por allá. Y, en un contrataque, Paunovic se escapó por la derecha, metió un centro largo y cerrado a Javi Moreno y éste, que parece que está más atento a la jugada que el año pasado, la enchufó.

Eran los minutos de razonable buen juego del grupo de Manzano. Ortiz se movía bien por su banda y, además, se atrevía a retar a los jugadores del Rayo, a amagarles, a retarles al juego de yo lanzó el balón por aquí y tu persigues sombras por allá, y a ganarles. Nano demostraba su fuerza y participaba mucho en el juego. Incluso tuvo un par de buenas ocasiones en el primer tiempo: un cabezazo que se fue fuera y un disparo que le salió demasiado flojo.

El Rayo ha fichado bien. Gente seria con el perfil adecuado para Segunda. Serios, pero futbolistas que pueden aportar más que trabajo. Idiakez, por ejemplo, se atrevió a disparar desde cualquier parte del campo. Tuvo premio. Metió un excelente gol. Golpeó con el interior desde más allá de la frontal y el balón, imparable, pegó al palo izquierdo de Sergio antes de entrar. Geni tuvo muy buenas ocasiones y se movió bien en el área rival. Un remate suyo lo tuvo que sacar Movilla cuando la pelota estaba ya sobre la línea de gol.

Gregorio Manzano decidió poner boca arriba todas las cartas del filial que guardaba en el banquillo. Molinero, Gabi, Albarrán, Toché y Sergio Torres. Una nómina de jugadores muy jóvenes y muy buenos. Todos han pasado por la selección en sus categorías inferiores. Molinero es un lateral muy ofensivo, con regate y velocidad; Gabi juega en el centro y distribuye con criterio; Toché es un hombre gol, de mucha pelea y constancia, además de calidad y Sergio Torres, de la quinta de Fernando Torres, hace casi todo bien en cualquier parte del campo. El problema es que salieron todos a la vez y el Atlético se descompuso.

El Rayo venció. Y lo hizo, entre otras cosas, porque puso más interés en el asunto. En su casa, ante su gente y en su torneo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de agosto de 2003