"¡A ver cómo estamos!", decían ayer los muchachos del Madrid con la mente puesta en el partido que jugarán esta noche, en Son Moix (21.45, Antena3), contra el Mallorca. Galácticos y canteranos, todos los componentes de la plantilla, y hasta los médicos, se hacían la misma pregunta. ¿Cómo estamos? El enigma es, ante todo, de índole fisiológica. Después de una pretemporada tan poco corriente, muchos temen encontrarse como el día del Trofeo Naranja, el domingo pasado, cuando frente al Valencia sólo se sentían capaces de resistir medio partido antes de asfixiarse. En el caso de Makelele, las dudas se multiplican. Sólo una cosa es cierta: ayer el francés dio por cerrado su ciclo rebelde y cuando el técnico, Carlos Queiroz, le incluyó en la lista de convocados se limitó a acatar la orden con su habitual mueca de chico incrédulo.
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En Son Moix quedará por ver si el medio centro del Madrid es cosa de Makelele o pervive Cambiasso. Del resto de la formación no caben incógnitas, pues el planteamiento de Queiroz ha sido siempre el mismo. En cuanto al Mallorca, cabe preguntarse si se trata del mismo equipo de la temporada pasada, o si las ausencias de Riera, Novo y Lozano han rebajado su vocación de grandeza y su valor.
Roberto Carlos, célebre por algunas indiscreciones famosas, atribuyó la responsabilidad de la insurgencia fallida de Makelele al agente del jugador. De esta manera el brasileño dio a entender que fue Marc Roger quien impulsó a Makelele -una víctima- a enfrentarse al Madrid con la esperanza de conseguir un traspaso al Chelsea que cada día se antoja más remoto. "Los futbolistas siempre nos llevamos la culpa en estos casos", dijo el brasileño ayer; "que salga su representante y defienda a su jugador ahora. Él es un jugador muy importante para nosotros y espero que le defienda bien, porque nosotros lo vamos a hacer, pues es nuestro amigo. No conozco a su agente ni quiero conocerle. Creo que lo ha llevado mal".
Hace tres días Makelele estaba convencido de que su destino le deparaba un traspaso al Chelsea, donde le prometían cuadruplicarle el sueldo. Así lo hizo saber a sus compañeros y a sus técnicos, el jueves pasado. Pero desde ayer lo corroe una sospecha: el presidente, Florentino Pérez, no se tiró un farol cuando le aseguró, por terceros, que, aun perdiendo dinero, resistiría. Que quería hacerle sentir el peso de la autoridad institucional, etcétera. Y que ahí se quedaría el ruso Roman Abramovich, propietario del Chelsea, y sus agentes, desconcertados en Mallorca ante lo irreductible de su contraparte española, anclada en el Pitina II, en el puerto de Palma.
El técnico del Madrid, Carlos Queiroz, aclaró que su sorprendente decisión de prescindir de Morientes y Solari para Mallorca no obedece a indicaciones de los estamentos más altos del club. Sin embargo, Solari ha estado presente en todas las convocatorias desde que se desechó su fichaje por el Inter como parte del traspaso de Ronaldo. La inclusión de Makelele también ha sido adoptada libremente, apuntó Queiroz: "La situación disciplinaria es un asunto institucional y nosotros como profesionales no debemos hacer juicios de valor sobre el tema. Si el jugador no está preparado anímicamente no hay forma de paliarlo. Es una cuestión de profesionalismo, no de ánimo. Todos tenemos problemas, pero cuando hay que cumplir con nuestras obligaciones debemos cumplir con la mayor dignidad posible".
Mallorca: Franco; Cortés, Niño, Nadal, Poli; Campano, Marcos, Ibagaza, Stankovic; Bruggink y Eto'o.
Real Madrid: Casillas; Salgado, Helguera, Pavón, Roberto Carlos; Beckham, Cambiasso o Makelele, Zidane, Figo; Raúl y Ronaldo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de agosto de 2003