Preguntado allá en el mes de febrero, mientras preparaba la temporada, cuál era su circuito favorito, Fernando Alonso contestó: "Posiblemente, los que más me gusten sean Malaisia y, por razones obvias, Barcelona". ¿Y en cuál de ellos puede ganar?, se le interrogó con exagerado optimismo. "Ganar, en ninguno. Si acaso, puestos a soñar, en el de Hungría", respondió el piloto español. En Malaisia, Alonso se convirtió en el corredor más joven de la historia en alcanzar la pole position y en pisar un podio, fue tercero; en Barcelona, subió un escalón más y alcanzó la segunda plaza. Y en Hungría, ayer, cumpliendo fielmente con lo prometido, el asturiano dio el primer paso para conseguir lo que hace seis meses no pasaba de ser un sueño: el triunfo.
Hoy, en el circuito de Hungaroring, donde se disputa el Gran Premio de Hungría (14.00, La 2), el Renault de Alonso será el coche que encabece la parrilla de salida. Tras él se pondrá en marcha el Williams de Ralf Schumacher, al que el español aventajó ayer en 256 milésimas. En la segunda fila se ha colocado, sorprendentemente, el australiano Mark Webber (Jaguar), que precederá al colombiano Juan Pablo Montoya (Williams), el hombre que amenaza la supremacía de Michael Schumacher en la general. Para encontrar al Ferrari del pentacampeón hay que bajar hasta la cuarta fila de la parrilla, al octavo puesto.
"Dije que podía luchar por la pole y ahí la tenéis", declaró un exultante Alonso cuando tuvo constancia de que el tiempo que había empleado en recorrer el circuito, 1m 21,688s, a una media de 193,071 km/h, no era rebajado por ningún otro corredor. "Aun siendo importante lo conseguido, lo que cuenta es la carrera", matizó; "son 70 vueltas y puede pasar de todo. Creo que la primera curva puede ser clave, pues al ser éste un circuito donde cuesta adelantar, llegar a ella en el primer puesto será determinante".
Es el de Hungaroring uno de los trazados más lentos del Mundial, a la altura incluso del de Montecarlo. Y eso favorece a Alonso, cuyo Renault sigue teniendo un considerable déficit de potencia con respecto a otros coches, sin ir más lejos, los Williams, que ya superan los 1.000 caballos. La mayoría de las curvasdel circuito son de media o baja velocidad, lo que lleva a que los vehículos tengan una menor carga aerodinámica, pues no hace falta empujar al coche hacia el suelo. Son detalles que favorecen a un Alonso que desde el inicio del curso puso sus ojos en este trazado.
Mónaco y Hungría son los dos escenarios del Mundial donde adquiere mayor trascendencia la composición de la parrilla de salida. Y hoy, el primero de la fila se llama Fernando Alonso, que ayer apartó durante unos instantes la prudencia de la que suele hacer gala: "Veo cerca el podio", comentó, aun cuando no acaba de fiarse el español del motor de su Renault. Pero, por lo visto ayer, sólo queda decidir la altura del cajón al que hoy, a eso de las tres y media de la tarde, de no mediar problemas mecánicos, se subirá el corredor español.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de agosto de 2003