Los restos mortales del representante especial de la ONU en Irak, Sergio Vieira de Mello, asesinado el pasado martes en un atentado en Bagdad, llegaron ayer a su ciudad natal, Río de Janeiro (Brasil), donde el cuerpo será velado hasta hoy, según fuentes de la Presidencia brasileña. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y el propio secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, participaron en el velatorio, en el Palacio da Cidade de la Alcaldía de Río de Janeiro.
Lula y Annan abrazaron a la madre del diplomático, Gilda Vieira de Mello, de 83 años, que estaba sentada junto al féretro, cubierto con la bandera brasileña. Annan pronunció después unas breves palabras. Enumeró a todos los pueblos que recordarán a Vieira de Mello como "alguien que les ayudó en su hora de mayor necesidad" y dijo que creía que el pueblo de Irak también "lo recordará con gratitud".
"Su último deseo fue que la misión de Naciones Unidas no sea retirada [de Irak]. Respetémoslo. Permitamos que Sergio, que dio su vida por esa causa, encuentre un memorial adecuado en un Irak libre y soberano", concluyó Annan. Por su parte, Lula subrayó que Brasil "pierde un hombre símbolo que puso toda su inteligencia al servicio de la búsqueda de un mundo mejor y de la paz". El cuerpo de Vieira de Mello será trasladado hoy a Francia, donde recibirá sepultura.
El portugués nacido en Mozambique, Ramiro Lopes da Silva, hasta ayer coordinador de la acción humanitaria de la ONU en Irak, ya ha asumido el cargo que ocupaba Vieira de Mello, a petición del secretario general de la ONU, Kofi Annan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de agosto de 2003