Tres días después de que la oposición venezolana presentara más de tres millones de firmas para impulsar la celebración de un referéndum para destituir al presidente Hugo Chávez, decenas de miles de seguidores del mandatario se concentraron ayer en Caracas para festejar sus tres años en el poder: la primera mitad de su periodo de gobierno. La jornada, que comenzó sin incidentes, al igual que la multitudinaria concentración antichavista del pasado miércoles, fue calificada por el Gobierno como un anuncio de que ya "no habrá otro sabotaje petrolero en Venezuela".
La avenida de Bolívar, una céntrica vía de comunicación caraqueña, sirvió para reunir a decenas de miles de seguidores del presidente Chávez. Representantes del Gobierno habían señalado que esperaban copar las calles para concentrar a dos millones de manifestantes. La policía, que desplegó un gran operativo de seguridad para garantizar que la jornada transcurriera de forma pacífica, no había reportado anoche incidentes violentos. Tampoco hubo disturbios en la manifestación "antichavista" del pasado miércoles que, según fuentes opositoras, reunió a más de 500.000 personas.
Chávez dijo que la marcha opositora del pasado miércoles tenía previsto que la Policía Metropolitana provocara hechos de violencia, pero se logró frustrar esos planes, informa Efe. Ante miles de sus partidarios en una multitudinaria concentración, Chévez aseguró que ello se consiguió gracias al refuerzo militar de vigilancia sobre esa policía. Añadió que si algún error asume, "es que he sido muy débil a la hora de tomar decisiones drásticas para poner las cosas en su sitio", pero que "el Chávez permisivo ya pasó a la historia".
El vicepresidente de la República, José Vicente Rangel, calificó la marcha como "la más importante de la historia política venezolana", y una muestra del "fortalecimiento del movimiento revolucionario". "No habrá otro golpe de Estado ni otro sabotaje petrolero", aseguró Rangel.
Menos entusiasta se mostró el ministro de Infraestructura y director del partido oficialista (Movimiento Quinta República), Diosdado Cabello, quien se abstuvo de ensalzar los logros alcanzados por la Administración de Chávez. En su lugar, prefirió enfilar su discurso contra los dirigentes de la Coordinadora Democrática, coalición de fuerzas de oposición, a quienes acusó de recabar firmas adulteradas pa-ra forzar una consulta electoral.
La polémica hunde sus raíces en el artículo 72 de la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, que prevé la posibilidad de separar de su cargo al jefe del Estado mediante un referéndum revocatorio. La consulta popular sólo puede ser activada una vez que se haya cumplido la mitad del período de gobierno, y se recabe un número de firmas en apoyo de la solicitud que supere el 20% de los ciudadanos registrados en el padrón electoral.
Adicionalmente, el mandato legal especifica que el primer mandatario sólo será removido si los promotores del referéndum obtienen una cantidad de votos mayor a la alcanzada por Chávez en las elecciones presidenciales del año 2000.
Tras haber agotado la estrategia del paro cívico, la oposición venezolana aprovechó la visita de representantes de la Organización de Estados Americanos y el Grupo de Países Amigos (entre los cuales figura España), para pactar con el Gobierno chavista un acuerdo político que consagra al referéndum revocatorio como mecanismo idóneo para solucionar la crisis. Fue así como el pasado día 20, poco después del cumplimiento de la mitad del mandato presidencial, los representantes de la oposición acudieron a la sede del Consejo Nacional Electoral para consignar más de tres millones de firmas en apoyo del referéndum.
Los partidarios de Chávez se han adelantado a cuestionar la legalidad de las rúbricas reunidas por la oposición. La controversia sólo se dilucidará cuando el Tribunal Supremo de Justicia, máximo órgano del Poder Judicial venezolano, designe a los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral, quienes serán los funcionarios encargados de verificar la validez de las firmas, y, por consiguiente, de la consulta a los votantes venezolanos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de agosto de 2003