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La vía estrecha de Talgo

Talgo quiere ahorrar. Después del ambicioso plan de expansión internacional que puso en marcha a medidados de los años noventa, el fabricante ferroviario ha diseñado ahora un plan para reducir sus deudas y acabar con las pérdidas. La compañía de los Oriol cerró 2002 con unos número rojos de 8,8 millones de euros, y su deuda alcanzaba los 80 millones.

La primera decisión ha sido aligerar el peso del negocio exterior. La empresa va a reducir sustancialmente su presencia en el mercado estadounidense, aunque asegura, en todo caso, que no tiene intención de salir del país.

El plan de austeridad de Talgo pasa también por España -la empresa va a centrarse en la alta velocidad- y por la propia cúpula de la compañía, ya que su presidente, Carlos de Oriol, y su vicepresidente, José María Oriol Fabra, han reducido su salario fijo casi un 50%.

Para sacar adelante esta nueva estrategia, el presidente de Talgo quiere lograr el consenso entre las cinco generaciones de la familia presentes en el accionariado, que poseen el 98% del capital de la compañía. No se descarta la entrada de un nuevo socio.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de agosto de 2003

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