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Reportaje:GENTE

La ola 'metrosexual' irrumpe en la televisión de Estados Unidos

John Verdi era un joven policía más de la autoridad portuaria de Nueva York hasta que ha aparecido esta semana en el programa Queer eye for de straight guy (algo así como Un toque femenino para un heterosexual), la sensación del verano. Tiene 29 años, vivía en un apartamento de Staten Island según los más desastrosos clásicos cánones de los hombres solteros y no se comía una rosca. Decía que no conocía aún lo que era el sexo. Logró una cita con una espectacular modelo y se propuso hacer lo que fuera por salir triunfante. Se puso en manos de los "cinco fabulosos", los cinco gays estilistas protagonistas de Queer Eye, dispuestos a potenciar y valorar el lado femenino de los heterosexuales que se prestan al juego. Y Verdi ahora no sabe, tras la polémica desatada en su propia oficina, si puede ser una víctima o un modelo a seguir para los "metrosexuales", la corriente de moda en las grandes ciudades de Estados Unidos.

El debate sobre los metrosexuales está en los grandes medios de comunicación norteamericanos. El término no es nuevo, pero su auge sí. El éxito de Queer Eye en la cadena de cable Bravo ha forzado a los directivos de la nacional NBC a trasladarlo en horario de máxima audiencia a su red general. La reciente actuación de Verdi atrapó a casi tres millones de cableadictos, el doble que el anterior éxito de esa red. La explosión televisiva de este fenómeno no ha hecho más que empezar. Bravo tiene ya en parrilla preparado Boy meets boy y otras cadenas se disponen a explorar el filón.

Una empresa de encuestas, Euro RSCG Worldwide, se propuso el pasado mes de junio averiguar hasta qué punto es interesante ese mercado y hasta dónde están los hombres más modernos dispuestos a cambiar muchos de sus anticuados hábitos. Los grandes tópicos sobre los sueños masculinos permanecen (ser considerados héroes, encabezar una gran empresa, ser una estrella del deporte), pero también emergen ideales considerados maternales: más de un 35% quiere más que cualquier otra cosa envejecer con la mujer que aman, tener felices y saludables hijos o disfrutar de un buen círculo familiar y de amigos. El estudio ratificó, en fin, la irrupción de una ola de hombres, claramente no homosexuales o afeminados, dispuestos a explotar más su perfil más suave. Interesados por cuidarse más, interna y externamente.

Por ejemplo, el número de operaciones de cirugía plástica entre los hombres se ha incrementado tres veces desde 1997 en Estados Unidos hasta afectar ya a 807.000 varones. El asunto, obviamente, tiene implicaciones comerciales. Esos hombres compran y decoran sus casas de otra forma, consumen otros productos alimenticios o estéticos, visten de diferente manera. Necesitan otras marcas. Leen otros libros o revistas. Ven otros programas.

Ésa es la base de los metrosexuales, ahora de moda especialmente en Nueva York. Y ése es el punto de origen de los consultores de Queer Eye.

John Verdi estuvo divertido e inteligente en su aparición, que efectuó en su tiempo libre. Y hasta le dejó ponerse su uniforme oficial a uno de sus gurús gays que, lanzado, le pidió una bofetada. Algunos, incluso en su departamento, le critican. Pero su jefe vio el programa y dice que le gustó. -

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de agosto de 2003