Dos informes financiados por la Unión Europea concluyen que las empresas españolas, y por extensión también las valencianas, pierden, al menos, un 20% de "posibilidades de negocio" por las barreras lingüísticas y culturales. Los informes apuntan que para las relaciones comerciales internacionales es fundamental conocer la lengua, cultura y tradiciones de los clientes. Con el objetivo de dar respuesta a esta demanda y atender las necesidades de las empresas alicantinas, entre las que destacan sectores eminentemente exportadores como mármol, calzado, textil, turrón o juguete, entre otros, la Universidad de Alicante ha creado el Instituto Universitario de Lenguas Modernas Aplicadas (IULMA).
El catedrático de Filología Inglesa, Enrique Alcaraz, explicó cómo la lingüística "ahora tiene una gran labor en las relaciones comerciales internacionales, ya no se trata sólo de enseñar idiomas y traducir, es algo más complejo y amplio". Según el profesor, autor de diversos diccionarios específicos profesionales, desde una prespectiva "interdisciplinar" el nuevo Instituto se encargará de realizar cursos de posgrado para profesionales de las unidades de exportación de las empresas, realizará investigación por medio de tesis doctorales y ofrecerá servicios puntuales a los empresarios. De momento, ya están colaborando con el equipo de Enrique Alcaraz no sólo filólogos y expertos en traducción, sino también docentes de otras áreas como el Derecho, la Economía y las Ciencias. Entre los primeros retos, según Alcaraz, está editar una serie de diccionarios específicos de los 13 sectores industriales valencianos que exportan sus productos al resto del mundo, de momento han empezado a elaborar dos sobre el lenguaje del mármol y el calzado, de inminente aparición, y otros dos sobre juguete y textil.
El Instituto trabajará en inglés, francés, alemán y catalán principalmente, aunque no descarta elaborar trabajos en otras lenguas. "Está claro que no se trata sólo de conocer el idioma y hablar inglés a la perfección, hay toda una serie de expresiones, hábitos lingüísticos y formas de expresión que los filólogos debemos investigar y transmitir para garantizar, en la medida de lo posible, el éxito de las transacciones comerciales", concluye Alcaraz.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 25 de agosto de 2003