Helicópteros israelíes dispararon ayer varios cohetes contra un vehículo que circulaba por el centro de la ciudad de Gaza, dejando cuatro palestinos muertos que se encontraban en el interior del vehículo bombardeado. Los fallecidos eran militantes de Hamás. El Ejército israelí confirmó el ataque, pero no precisó cúal era el objetivo perseguido. Por la mañana, Israel rechazaba la propuesta formulada la víspera por la Autoridad Palestina para suscribir a una nueva declaración de tregua. El Ejecutivo hebreo reiteró su demanda de que las fuerzas de seguridad palestinas se enfrenten policialmente a los extremistas, y disuelvan y desarmen a las milicias que operan en la franja de Gaza.
Dos de las víctimas fueron identificadas como Yusri Al Hams y Ahmed Abu Alhatal, ambos de unos veinticinco años y activistas del Movimiento de la Resistencia Islámica, Hamás. La tercera víctima es Ahmed Shitawi, un jefe local de Hamás, y la cuarta uno de sus asistentes. Los cuatro viajaban por una carretera costera al sur de Gaza capital cuando los helicópteros israelíes les dispararon dos cohetes. Cuando las cuatro víctimas salieron corriendo del coche, los helicópteros les dispararon otros tres cohetes, lo que causó su muerte. Fuentes palestinas dijeron que la operación tenía a Shitawi como blanco y que se trataba de un nuevo caso de la "política de asesinatos selectivos" de Israel.
Ayer, por primera vez desde que comenzó el alto el fuego del 29 de junio, roto tras el atentado suicida del pasado martes, los servicios antiterroristas palestinos sellaron túneles utilizados para el contrabando y detuvieron a 13 traficantes de armas. En un gesto inusual, el jefe del estado mayor del Ejército israelí, Moshe Yaalon, reconoció que la Autoridad Palestina comenzaba a tomar medidas concretas contra los extremistas, aunque las calificó de insuficientes. "A pesar de que esto ayude a estabilizar la situación, de lo que se trata es de desmantelar la infraestructura terrorista". El general responsabilizó a Hamás de haber ordenado el último ataque en Jerusalén, que causó 21 muertos y más de un centenar de heridos. "Cualquiera que apoye este tipo de actividades no quedará sin castigo", puntualizó Yaalon, quien ya insinuaba por la mañana que podía haber nuevos asesinatos selectivos para descabezar a la organización integrista. "Todos los militantes de Hamás son objetivos potenciales y, desde nuestra perspectiva, todos sus miembros pertenecen al núcleo duro", agregó.
En desafío, y antes del asesinato de los militantes de Hamás de por la noche, la milicia de Hamás lanzaba ayer el primer cohete del modelo Qassam-2 contra la ciudad israelí de Asquelón. Fuentes israelíes mostraron su indignación por lo ocurrido y aseguraron que si las fuerzas de seguridad palestinas no eran capaces de detener esos lanzamientos, el Ejército volvería a ocupar Gaza.
El Consejo de Cooperación del Golfo instó ayer a EE UU y a la comunidad internacional a presionar a Israel para que ponga fin a sus "actos terroristas contra los palestinos y asesinatos de activistas palestinos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 25 de agosto de 2003