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OPINIÓN DEL LECTOR

Nuevas ideas para la Semana Grande

Aunque el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, no se lo crea somos muchos los ciudadanos que no descansamos en el afán de lograr que nuestra Semana Grande sea tan famosa y multitudinaria como los sanfermines por lo menos, y nuestras críticas, siempre constructivas, no tienen otro objetivo, ¡No sea mal pensado señor Elorza! Por ello, y ante el requerimiento de que los ciudadanos aportemos nuevas ideas para próximas Aste Nagusiak, mi familia y yo nos hemos puesto a la tarea y he aquí lo que se os ha ocurrido.

En primer lugar, en vez de diseminar los espacios festivos por toda la ciudad, proponemos que se monte un recinto ferial único donde tengan lugar todos los festejos. Y ¿cuál mejor que la propia bahía de La Concha, el marco incomparable? Se colocaría una gran plataforma de metacrilato que cubriese la bahía y dónde tuvieran lugar todos los actos.

Los grupos musicales y altavoces (muchos), los situaríamos en la isla; de ese modo no quedaría ni un rinconcito en toda la ciudad al que no llegara la música, la fiesta y la diversión. ¿Se imaginan una multitud bailando sobre las aguas, con los fuegos artificiales sobre la cabeza y el reflejo de las luces en el metacrilato?¡Sublime!, ¿no?

Para acceder a la misma habría un servicio continuo de botes y motoras conducidos por Gigantes y Cabezudos que harían la travesía mas amena y festiva. El perímetro de dicha plataforma estaría tachonado de txosnas para tener acceso rápido y cómodo a la bebida, entre una y otra habría que dejar el suficiente espacio para que los necesitados pudieran vomitar y/o orinar directamente en el mar, sin problemas ni olores.

En cuanto a las barracas, las dejaríamos dónde están, habilitando un paso -¿qué tal una escalera mecánica?- entre la plataforma y la terraza del Aquarium que así no habría mas remedio que arreglar (lleva dos años cerrada por una grieta). La proximidad de las playas de Ondarreta y La Concha permitiría que los visitantes acampasen tranquilamente y tuviesen además servicios y duchas. Como fin de fiesta, se podría hacer una gran falla y pegarle fuego a todo.

No me diga que no es una idea original y rompedora como las que a usted le gustan. Ya, ya sé que todo esto costaría mucho dinero, pero con los mil millones que no nos hemos gastado en Cristina-Enea algo se podrá hacer, ¿no? Quedo a su disposición para los detalles.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de agosto de 2003