Noto un poco preocupado al alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, cuenta de la dichosa torre de Abandoibarra y creo que no le conviene.
Existen muchas soluciones y le propongo la mía. Derribe el horroroso edificio de la plaza del Sagrado Corazón, ése por el cual pasamos la mayoría de los conductores una vez cada cinco años y nos dejamos unos euros. Seguro que sabe a cuál me refiero y más de una vez se le ha pasado por la cabeza.
Ya tiene media torre Pelli ocupada; la otra mitad, con entrada independiente, haga apartamentos, que estoy seguro hay mucha gente que quiere olvidarse del pesado o de la pesada de turno e irse a vivir solo o sola a la planta 29 y contemplar el lujoso parque que le rodea sin nadie que le incordie.
Posiblemente los apartamentos serían caros, pero, como dicen los señores de su entorno que van a bajar los precios de los pisos, y con los intereses por los suelos, por lo menos los que abonan, seguramente hasta me apuntaría yo a uno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de agosto de 2003