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ATLETISMO | Campeonatos del Mundo

"Los últimos metros han sido los más felices de mi vida"

Eliseo Martín es un entusiasta de su pueblo. De eso no cabe duda. Respira Monzón por todos los costados. Allí nació y de allí no se mueve. "He tenido ofertas, me han intentado llevar a Madrid y Barcelona, pero como en el pueblo no se está en ninguna parte", dijo después de su sensacional tercer puesto en los 3.000 metros obstáculos.

Ahora que el 1.500 vive por algo parecido a una crisis, la prueba de obstáculos se ha convertido en la nueva referencia del atletismo español. Gente como Luis Miguel Martín, como Penti o Eliseo Martín se ha negado a rendirse al imperio keniano. Ese mérito viene de lejos, del carácter de atletas como Eliseo, que ha perseguido un sueño durante largos años.

Hijo de viuda, defensor impenitente de un modo de vida alejado del modelo urbano, Eliseo es el producto de un pueblo que adora el atletismo. Primero se entregó al vallista Javier Moracho. Ahora el rey es Eliseo, atleta tenaz donde los haya. Siempre ha estado un punto por detrás de Luismi Martín o de Penti, pero quienes le conocen dice que es terco y decidido.

Comenzó en las populares carreras del pollo, habituales en los pueblos de Aragón, y decidió entrar en el circuito profesional de la mano de su entrenador, Fernando García, Fondi, apodo que le viene de su afición a las carreras de fondo.

Era un hombre radiante cuando se acercó al ejército de periodistas que le esperaba tras conquistar la medalla de bronce. "Los últimos metros han sido los más felices de mi vida. Superé el último obstáculo y supe que la medalla era mía". Lo sospechó mucho antes, "al paso del 1.500, cuando vi que estaba muy bien y que me encontraba entre los primeros". Pensó que se iba a jugar la medalla con el francés Tahri. "Era mi adversario, tal y como iba la carrera. En cuanto pudo, ataqué para abrir un hueco con él. Me salió bien. Sólo quería asegurar los dos últimos obstáculos, que son muy duros en esta carrera. Por asegurar no he bajado de 8,09 minutos, pero eso no me importa nada. Sólo quería esta medalla".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de agosto de 2003