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Entrevista:FRANK RIJKAARD | Entrenador del Barcelona | LA ILUSIÓN RECOBRADA

"Hay calidad, nos falta fuerza"

Acabada la entrevista, hasta cinco cigarrillos de la marca Barclay se cuentan en el cenicero de la sala vip del vestuario del Camp Nou, prueba de que a Frank Rijkaard (Amsterdam, 1962) le gusta tanto fumar como conversar sobre fútbol. El tono del discurso del nuevo entrenador del Barça es sobre todo relajante, por no decir plañidero. Tiene un aire a Denzel Washington, cuentan quienes ven muchas películas. La hinchada azulgrana preferiría que fuera exclusivamente un buen técnico que, por fin, reconstruyera al equipo. Aun cuando su currículo no invita al optimismo, pues dimitió como seleccionador holandés en la Eurocopa 2000 tras perder con Italia en las semifinales y descendió a la Segunda División con el Sparta de Rotterdam, su cartel como ex futbolista del Ajax y el Milan le convierte en un personaje embriagador. No hay duda de que, si como entrenador es capaz de transmitir los conocimientos adquiridos como jugador, el Barcelona acabará defendiéndose como el mejor equipo italiano y atacará como sólo saben hacerlo los holandeses, gente a la que suele acudir el club azulgrana cuando necesita coger vuelo. El recuerdo que Rinus Michels, Johan Cruyff y Louis van Gaal dejaron en el Camp Nou le anima tanto como los piropos de Arrigo Sacchi, que a menudo le compara con otro de los suyos, Carlo Ancelotti, técnico del Milan.

"Antes de atacar con buenos delanteros, hay que tener grandes defensas"

"La presión sólo se combate si se genera desde el equipo en vez de sufrirla"

"Ronaldinho tiene mucha calidad, su rendimiento es muy alto y es buena gente"

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Pregunta. Desde la celebración de las elecciones presidenciales, el Barcelona vive en un permanente estado de expectación, por no decir de excitación, agrandado por el dinamismo de una directiva entregada a la causa culé. ¿Cree usted que el equipo será capaz de responder a las expectativas generadas por el club? ¿La necesidad de ganar, después de cuatro años en blanco, puede ser una presión demasiado grande para un plantel tan tierno como el presente?

Respuesta. Para armar un equipo de cierto valor futbolístico se requiere tiempo y, además, hay que saber manejar la presión. La clave está en generárnosla y no en recibirla, en vivirla y no en sufrirla, en crearla desde el vestuario a partir de una declaración de intenciones: un club grande debe emitir señales inequívocas de que trabaja siempre para ganar a partir del buen gusto por el juego, por hacer bien las cosas, por tener una mentalidad positiva.

P. Para sus aspiraciones, sin embargo, parte con desventaja. Aún no ha completado la plantilla que dice necesitar: le falta un lateral zurdo, un volante defensivo, un ariete... Mucha gente.

R. El equipo ideal no existe nunca para el entrenador. Un técnico siempre debe advertir los puntos en que su plantilla puede mejorar. Nosotros acabamos de empezar. Necesitamos dos o tres meses de competición para calibrar nuestras posibilidades. El punto de partida es que los jugadores se sientan individualmente bien en el conjunto y después que el equipo ofrezca la impresión de que puede crecer porque la fórmula de trabajo funciona.

P. Admitiendo que la situación económica limita las posibilidades de mercado, una parte de la hinchada considera que los servicios técnicos nunca cuadrarán la alineación si no se ficha un 9. Y, por lo que parece, el Barcelona no trabaja precisamente en esta dirección de contratar un goleador.

R. El equipo cuenta con delanteros que golean. El gol es el punto final a un trabajo colectivo. Hay puestos específicos que pueden requerir un especialista y si lo tienes pues... bien, pero, si no, hay que buscar alternativas con varios jugadores. Puede tenerse la sensación de que fallamos goles, pero para mí es más importante decir que recibimos demasiados: más que faltarnos gol en la portería rival, nos sobra en la nuestra.

P. Ocurre que desde la llegada de Cruyff al banquillo, en el Camp Nou sólo se mira a la portería contraria. Puede que el último Barça armado defensivamente fuera el de Terry Venables o el de Luis Aragonés. A Bobby Robson le crucificaron cada vez que ponía a Gica Popescu de medio centro para que el equipo no se despeñara.

R. La mayoría de los entrenadores quieren que su equipo juegue bien al fútbol, que sea atractivo y ataque. Pero, antes de poder desafiar al rival con grandes jugadores ofensivos, hay que tener zagueros buenos, rápidos, veloces, diligentes en el uno contra uno y que sepan defender muy arriba, con mucho espacio a sus espaldas. Lo más difícil en el fútbol es saber jugar arriba, en el campo del rival, en cancha ajena. Una cosa es ser un equipo bonito y otra ser competitivo. Para ser atractivo ofensivamente se necesita tener seguridad defensiva en la última línea y también en el centro del campo.

P. Hay precisamente la sensación de que el Barça jugará buenos partidos esta temporada, pero no siempre los ganará porque le falta tiempo para poder competir por la Liga o la Champions.

R. Yo tengo la convicción de que futbolísticamente podemos enfrentarnos a todos los equipo del campeonato, pero desde el plano de la fuerza, de la resistencia, del físico, necesitamos mejorar.

P. ¿Admite que su equipo es pequeño, blando, frágil, como es costumbre en las últimas temporadas y así lo han denunciado sus propios entrenadores, empezando por Carles Rexach, que armó un plantel con unas coordenadas parecidas a las suyas?

R. Digamos que no es muy duro o contundente, pero, en cambio, tenemos jugadores estupendos. Hay que encontrar el equilibrio para defendernos también con dureza; se trata de combinar los buenos atacantes con los buenos defensores. Para ganar, al gran valor técnico de la mayoría hay que añadir otros elementos. Estoy contento con la calidad del equipo, pero debemos mejorar en resistencia, en fuerza, y estamos en condiciones de hacerlo.

P. ¿Y mentalmente?

R. Entiendo que hay muchos jugadores de la actual plantilla que no están dispuestos a que siga corriendo el tiempo sin ganar. Un buen futbolista, aunque sea por orgullo, siempre hace inventario de lo que ha ganado. Y hay jugadores del Barça que llevan años en el club y quieren registrar títulos en su currículo. No creo que pueda haber conformismo o resignación por una parte del plantel y por otra demasiada inexperiencia.

P. ¿Usted cree que el Madrid es batible en una competición de largo recorrido como la Liga?

R. No tengo todavía una opinión formada sobre los distintos equipos del campeonato. Los iré evaluando a medida que nos toque enfrentarnos con ellos.

P. Por cuanto viene sucediendo, ¿teme que el equipo se organice alrededor de Ronaldinho de la misma manera que hace dos temporadas se simplificó en Saviola y hace uno en Riquelme, y ya sabe cómo acabó el asunto?

R. No tengo ningún temor. Estoy muy contento con Ronaldinho porque tiene mucha calidad, su rendimiento es muy alto y, además, es buena gente. Pero es el equipo el que debe hacer bueno y grande a Ronaldinho y no Ronaldinho al equipo. Cada jugador tiene su valor y yo me alegro igualmente por un gol marcado por uno de mis delanteros que por otro evitado por uno de mis defensas. Entiendo, eso sí, que hay jugadores atractivos, con una calidad especial, pero si antepones la fortaleza del jugador a la del conjunto difícilmente harás un equipo.

P. Hoy día, sin embargo, es difícil encontrar un equipo que sea referente futbolísticamente como pudo ser el Milan en el que jugó.

R. Sí. La ley del fútbol consiste en saber juntar el equipo y negarle el espacio al rival. Hay poco campo para maniobrar, para acelerar, para jugar. Tácticamente, la mayoría de los equipos han mejorado defensivamente, centran sus esfuerzos en hacerse fuertes atrás, y a partir de una buena contención procuran llegar arriba. Interesa sobre todo saber cerrar los partidos. Los riesgos que se toman están en función del poderío del rival.

P. En tanto que ex jugador del Ajax, uno de los equipos más ofensivos del fútbol, y del Milan, uno de los clubes mejor organizados y defensivamente más solventes, ¿se siente capaz de vertebrar un equipo que domine las distintas suertes del juego?

R. Yo soy un apasionado tanto de las defensas, de las defensas muy fuertes, como de los ataques, del juego atractivo. Para jugar ofensivamente como el mejor Ajax, para alinear a los mejores delanteros ocupados con la portería rival, se necesitan medios y defensas muy preocupados por el funcionamiento del propio equipo.

P. ¿Cree que los jugadores, y una parte de la afición, le contemplan más aún como un futbolista que como un entrenador?

R. No. La misión de un entrenador es saber estimular a los jugadores y también ayudarles a diferenciar lo correcto de lo perjudicial. El reto del técnico es hacerle ver diariamente al jugador en qué puede mejorar. Tengo cierta ventaja a la hora de transmitir mis sensaciones a los jugadores porque en mi vida como futbolista he actuado en todas las posiciones: delantero, centrocampista y defensa. Me siento más entrenador porque puedo procesar continuamente los distintos datos que ofrece un partido. Advierto los momentos del equipo y las acciones individuales, y mi reto es saber verbalizar qué se impone de forma colectiva y personal. Veo el fútbol en su mayor amplitud porque he jugado en las distintas parcelas del campo, y a la hora de planificar y corregir es importante saber dirigirse a un delantero, a un defensa o a un medio sin perder la perspectiva del equipo.

P. Usted habla de verbalizar, de dialogar, cuando a su llegada se quejó del silencio del vestuario. Vino a decir que faltaba alegría, diversión y esas cosas que tanto se dicen para motivar.

R. Hemos intentado cambiar ciertas actitudes, empezando por dar más responsabilidad y también más libertad a los jugadores, y veo al equipo con una buena disposición. Tenemos problemas con el cupo de extracomunitarios y con los jugadores que pretendemos ceder o traspasar. Hay buen ambiente en el vestuario. No tengo dudas en esta parcela. Por lo demás, me gusta contar con cuatro o cinco jugadores de la cantera, que conozcan el club.

P. ¿Tiene más dudas respecto al funcionamiento del equipo? Parece dispuesto a utilizar el 4-2-3-1 como punto de partida de su sistema. ¿No le preocupa el juego por las bandas después del fiasco del Barcelona en los últimos años por su insistencia en encontrar un sustituto de Figo y confiar exclusivamente en Overmars, irregular y que se pierde muchos partidos por las lesiones?

R. Si los jugadores de la banda están en gran forma, jugaremos por las bandas, pero en caso contrario pondremos en los flancos a otro tipo de jugadores que nos darán un rendimiento distinto.

P. Es decir, y para poner un ejemplo, ¿en el ala izquierda puede jugar Overmars, si está muy bien, o, si no, hasta Ronaldinho?

R. Sí. El dibujo puede parecer el mismo, pero las características de los jugadores son diferentes.

P. Por lo que parece, difícilmente Kluivert y Saviola jugarán juntos y competirán por el puesto de ariete.

R. Juntarles y, al mismo tiempo, mantener a los dos extremos es complicado. Podría resultar un equipo muy ofensivo, a no ser que los dos pivotes guardaran siempre la posición defensiva. A mí no sólo no me preocupa la competencia entre jugadores, sino que la considero necesaria.

P. ¿No le preocupa la división de opiniones que provoca Kluivert y, sobre todo, la no contratación de un goleador?

R. Kluivert es un jugador de una gran calidad. Debe trabajar para mejorar aspectos como el remate, pero tampoco debemos olvidar las prestaciones que da al equipo. No se puede castigar sólo a un jugador o hacer ver que la culpa es de uno. A mí me gustan los jugadores que adquieren responsabilidades en el campo.

P. ¿Cómo son sus relaciones con el secretario técnico, Txiki Begiristain? Al respecto hay ciertos comentarios, como ocurre en la mayoría de los clubes que cuentan con un entrenador y un responsable técnico superior.

R. Txiki y yo discutimos las cosas, pero con argumentos. Una parte escucha a la otra y después obramos en consecuencia. Hasta ahora la relación es estupenda. Los dos pensamos de la misma manera sobre el fútbol que más le conviene al Barcelona. Luego, puede ser que discutamos sobre un jugador, una cuestión o incluso un aspecto, pero nada más.

P. El presidente, Joan Laporta, siempre ha dicho de usted que le prefería a otros técnicos, como Ronald Koeman, al que el Ajax ha retenido por contrato. Parece llevarse bien con todo el mundo: con Koeman, con Cruyff, con Guus Hiddink. ¿Es una síntesis de todos los holandeses vinculados de alguna manera al Barça?

R. Agradezco el gesto del presidente. Al parecer, la contratación de Koeman era imposible por su situación laboral. Por lo demás, escucho a Koeman, Cruyff, Hiddink... Me gusta el diálogo, pero las decisiones las tomo yo.

P. ¿Su contrato es por cuatro o por dos años?

R. Dos y dos. A la finalización de los dos primeros, se evaluará y existe la posibilidad de rescindirlo o prorrogarlo dos más.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de agosto de 2003