En un periodo convulso e incierto, el Villarreal parte como alumno aventajado ante el nuevo curso. Mantiene sus recursos, excepto Jorge López, y ha adquirido importantes refuerzos. La imaginación, el sigiloso trabajo en los despachos, una buena política de cantera -Cases, Xisco y Arzu son internacionales sub 17- y la saludable economía están llevando al club castellonense a perpetuarse en la máxima categoría. La salvación ya no es suficiente. El sueño es Europa.
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¿Qué vende el Villarreal para que sea un destino apetecible? Los protagonistas apelarán a lo intangible. Dirán que les convence el proyecto. Pero lo que acaba de convencerles es la garantía de cobro sin demora alguna. Poderoso argumento en tiempos difíciles.
Con tales premisas, con ingenio y sin hacer ruido, el conjunto amarillo se ha reforzado con cuatro actores principales. Nada extraño. La rareza del asunto es que no ha desembolsado un céntimo en traspasos al pescar en aguas turbias. Sonny Anderson vuelve a la Liga con la carta de libertad tras su prolífico paso por el Olímpico de Lyón. De igual modo, tras finalizar su relación laboral con el Espanyol, Roger se cansó de esperar una novia más apuesta y dio el sí al Villarreal. Coloccini ha recalado en El Madrigal cedido por el Milan después de una temporada en el Atlético. Del mismo lugar viene José Mari, un fichaje surrealista, una señal inequívoca de cómo está el patio: el Milan pagó 18 millones de euros hace apenas tres años por el sevillano y ha terminado regalándolo y ofreciendo 600.000 euros para que recale en el Villarreal.
Benito Floro dispondrá de cuatro primeros espadas que se vendrán a unir a los Víctor, Belletti, Guayre y compañía en una plantilla hecha a su medida, pero exigua en efectivos: no más de 17 jugadores, entre los que no se encuentran Palermo, ahora en el Betis, ni Jorge López, huido al Valencia. Y, cuando sea necesario, echar mano de la cantera. Frutos del sueño de Fernando Roig, que ideó una modélica ciudad deportiva. Más calidad y menos cantidad, lo que ayuda a aligerar gastos en nóminas. La realidad, sí, cuenta en el Villarreal con un alumno aventajado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de agosto de 2003