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Reportaje:BETIS / SEVILLA

El fútbol arte o el arte del todo vale

Como Menotti y Bilardo, los dos equipos sevillanos representan tipos de juego opuestos

Años después, el debate sigue abierto. ¿El fútbol como arte o el arte del todo vale para ganar? ¿Menotti o Bilardo? ¿Betis o Sevilla? Los dos equipos sevillanos representan dos tipos de juego opuestos. La floritura del Betis frente a la garra del Sevilla, Víctor Fernández contra Joaquín Caparrós. El pulso se decantó del lado del primero la temporada pasada: el Betis fue el octavo y el Sevilla el décimo, pero ninguno de los dos brilló.

Joaquín Caparrós prima el orden; Víctor Fernández, la calidad individual

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Víctor Fernández, un zaragozano de 43 años, se puso de moda una noche de 1995 cuando levantó la Recopa con el Zaragoza ante el Arsenal. Admirador de Johan Cruyff y compañero de tácticas de Jorge Valdano, su librillo concibe el fútbol como un elemento plástico, una especie de arte. Ese fútbol fue el que paseó en la famosa final de París ante el rocoso Arsenal y ése es el que predica ahora en el Betis, en el que cumple su segunda temporada.

Víctor es otro desde aquella Recopa -"he madurado como persona y como entrenador y ahora sé valorar mucho más el éxito, todo lo que cuesta conseguirlo"-, pero su manual no ha cambiado un ápice. "Lo que queda de aquel técnico de 1995 no va a morir nunca. Es una manera de concebir el fútbol con la que voy a llegar hasta las últimas consecuencias, mi estilo de juego", añade. ¿Y cuál es ese estilo? "Mi filosofía se basa en el buen trato a la pelota, en la vocación ofensiva. Hay que respetar el gusto y el sentimiento del aficionado y eso se hace jugando bonito. Si se juega bien, se gana casi siempre. Ése es el camino, estoy convencido", afirma.

Un abc del fútbol distinto al del Sevilla. "Es verdad que son estilos muy diferentes, pero es cuestión de gustos. El Sevilla defiende otro estilo y ya está", dice Fernández. Es decir, ¿que el Betis es como Menotti y el Sevilla como Bilardo? El técnico bético responde: "A mí me gusta mucho más el fútbol de toque, de combinación, y eso se individualiza en Menotti, aunque hay muchos técnicos con esa filosofía". En el Betis no faltan alumnos. Ahí está, recién llegado, Tote, el amante de la rabona; los regates de Joaquín y Denilson por las bandas y los escarceos de Capi en la media punta. Lo primero es la calidad; luego, el resto. Como opinaba César Luis Menotti, otro joven vencedor en los banquillos. Con 39 años, se convirtió en 1978 en el primer técnico que ganaba un Mundial con Argentina. Fernández tenía 34 cuando ganó la Recopa.

Una anécdota permite acercar ambos estilos. Cierta tarde, el equipo de Menotti, el Boca Juniors, perdía en La Bombonera y el público se impacientaba. Antonio Ubaldo Rattin, el capitán, se dirigió al desgarbado Menotti y le dijo. "Flaco, corré, porque nos van a matar a todos". Menotti se giró y le respondió: "¿Desde cuándo para jugar al fútbol hay que correr?". Ahí se resume la filosofía de Menotti, un estilo que ha sobrevivido y todavía practican entrenadores como Fernández 40 años después. "En el fútbol se puede dejar de correr, se puede dejar de entrar en juego durante largos minutos, pero lo único que no se puede dejar de hacer es de pensar. De un jugador de fútbol se puede hacer un atleta, pero de un atleta no se puede hacer un jugador de fútbol", resume Menotti. "A mí me gusta esa forma de pensar", coincide Fernández; "lo más importante es aprovechar la calidad individual de los futbolistas".

En la orilla de enfrente, el césped, las gradas del Sánchez Pizjuán, conservan todavía cierto aroma del fútbol que caracterizó al Sevilla hace un decenio. El de Carlos Salvador Bilardo en el banquillo, el del juego sin contemplaciones de Prieto, Martagón, Simeone o Diego sobre el campo, el del "písalo, písalo" y "al enemigo, ni agua". El mismo, o casi, que utiliza ahora el Sevilla de Joaquín Caparrós. El arte del todo vale; el juego criticado por los rivales, pero defendido por sus practicantes. Bilardo hizo campeona del mundo a Argentina en 1986 con un estilo diferente al de Menotti. "La técnica no es suficiente", sostiene Bilardo, considerado un analista empedernido del fútbol. Si Menotti, como hace ahora el Betis, apostaba por la libertad del juego, Bilardo, como su Sevilla, por la cuadrícula y el carácter, una idea que se ha identificado con el juego duro.

"Parece que sólo sabemos dar patadas", se queja un empleado del Sevilla. Su equipo fue la temporada pasada el segundo con más expulsiones (11) y se ganó en algunos campos, como en el Bernabéu, la fama de duro. "Hombre, no somos hermanitas de la caridad, pero tampoco somos el equipo más duro de la Liga; hay otros más duros que nosotros", se defiende su técnico, Joaquín Caparrós; "no sólo somos rocosos; eso son etiquetas que nos ponen".

Caparrós define, y defiende, su estilo de juego: "Lo tenemos claro. El orden; lo primero es el orden, y eso lo trabajamos mucho en los entrenamientos. Somos un equipo agresivo en el buen sentido, en el despliegue defensivo, en recuperar la pelota, en el ataque. Pero tenemos jugadores que la tocan: los Gallardo, Casquero, Reyes, Antoñito, que tienen talento, ¿eh?; tienen mucho talento".

¿Pero no llegan ustedes al juego sucio? "No, no, no..., vamos a disputar un balón con todo, pero siempre dentro del reglamento. Los futbolistas reciben siempre acusaciones de juego duro, pero ya están acostumbrados a eso. Están curtidos en mil batallas y lo que digan por ahí les resbala", continúa Caparrós, sevillano de Utrera, de 47 años, cuarta temporada en el club. Algo en él trae a la memoria a Bilardo. Es supersticioso -odia el amarillo hasta el punto de obligar al portero a cambiar de equipación- como el argentino e histriónico en la banda, donde no se está quieto ni un minuto. "Sí, es verdad, y también somos dos amantes del fútbol; estamos siempre pensando en el equipo y llevamos el grupo de manera parecida, pero no somos iguales. Hay algunas diferencias. Por ejemplo, él jugaba con una defensa de cinco; yo, en zona", dice.

Quien también puede opinar sobre el estilo sevillista es Monchi, portero en la época de Bilardo y ahora director deportivo del club. "Hay jugadores que no dan una patada ni queriendo; no saben. Eso sí, nuestra defensa es expeditiva. Tenemos dos centrales agresivos y la fama de duros nos pasa factura en los partidos", reconoce. Se refiere a Javi Navarro y Pablo Alfaro, dos defensas forjados en el cuerpo a cuerpo. Al equipo se ha unido esta temporada el delantero Darío Silva, expulsado ya en la pretemporada por protestar al árbitro en el Trofeo Colombino, ante su Málaga, su ex equipo. Más madera. Es el estilo del Sevilla, distinto al arte que propone su vecino, el Betis. ¿Cuál es el mejor? Caparrós lanza el desafío: "Tenemos futbolistas de perfil distinto. Ya nos dirá la clasificación lo que funciona mejor".

El debate sigue abierto y sobre él habla otro de los protagonistas. Desde Argentina, Bilardo niega que el Sevilla sea sólo juego duro. "Vamos a los nombres. Diego, jugador técnico. Martagón, fuerte. Rafa Paz, técnico. Prieto, fuerte. Suker, técnico. Maradona, ni hablo... Yo tenía en el Sevilla a más jugadores técnicos que otra cosa, pero, sí, el equipo tenía lucha, claro. Yo a los buenos les exijo más sacrificio que a los mediocres", dice. El argentino marcó un estilo propio en el Sánchez Pizjuán.

"Siempre he tenido el mismo estilo de jugar", continúa", "tanto en casa como fuera. Siempre voy a buscar los partidos. Me gusta el jugador de carácter. En Andalucía hay desde siempre jugadores de mucha calidad, pero eso no basta. Hay que sumar más cosas a un futbolista. No podemos quedarnos sólo con la técnica. En España hablan ustedes de la garra española, ¿no? Pues a eso me refiero".

El debate prosigue.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de agosto de 2003