Espoleado por el brutal atentado de la semana pasada contra la sede de Naciones Unidas en Bagdad, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ayer por unanimidad una resolución que establece como "crimen de guerra" los ataques contra los trabajadores humanitarios de la ONU y de las ONG.
La resolucion insta también a los países a promulgar legislaciones para asegurar que los actos de violencia contra trabajadores humanitarios se consideren "crímenes" y los responsables sean llevados ante la justicia". "No puede haber impunidad para aquellos que cometen estos crímenes imperdonables, por lo que debemos actuar", dijo el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Aunque sobre el papel todos los miembros del Consejo comparten los objetivos de la medida, su aprobación no fue sencilla. Una mención en un primer borrador a la Corte Penal Internacional, a la que Washington se opone, provocó las objeciones de la Casa Blanca, que bloqueó su aprobación. Finalmente, la referencia a la CPI fue eliminada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de agosto de 2003