He leído que el nuevo alcalde de Madrid tiene la sana intención de acabar con la segunda fila de coches, práctica habitual de casi todo madrileño con coche y necesitado de hacer gestiones. Me parece estupendo, porque así seguramente circularán más rápido y mejor los autobuses. Pero ya puestos, yo le pediría que, por favor, también acabe con la quinta fila, los días de partido en el Bernabéu, y con la costumbre de aparcar hasta tres filas de autobuses en medio de la Castellana y de Concha Espina, todo ello hasta ahora organizado y consentido por la Policía Municipal. Porque si no, no entiendo con qué autoridad me van a multar a mí cuando aparque en doble fila al ir a hacer cualquier gestión que yo considere tan importante como el fútbol, por ejemplo, ir al cine, o a un concierto, recoger a los niños en el cole, entregar documentos en oficinas de Hacienda...
A ver si conseguimos poner al fútbol en su sitio, y que deje de ser una invasión permanente en todos los sectores. Si se multa el botellón porque invade calzadas y parques públicos y molesta a los vecinos, pues lo mismo con el dichoso deporte nacional.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de agosto de 2003