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OPINIÓN

Escupir a la Tierra

En la Carta abierta al Hombre Blanco que en 1855 Seatle, jefe de la tribu de los Dwamish dirigió al entonces presidente de EE UU decía entre otras cosas: "El hombre que escupe a la Tierra, se está escupiendo a sí mismo. Hay una cosa de la que estamos seguros: la Tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la Tierra. El sufrimiento de la Tierra se convierte a la fuerza en el sufrimiento de sus hijos".

En 2003, el hombre blanco ha seguido y sigue quemando los bosques, contaminando el aire y los ríos. Mientras tanto los Gobiernos continúan mirando hacia otro lado y el imperio americano al mando de Bush se niega a firmar el Protocolo de Kioto y no está dispuesto a dejar de talar árboles ni que las empresas renuncien a enriquecerse. Nadie toma conciencia de que las consecuencias devastadoras del calor asfixiante de este verano en Europa y en otros lugares de la Tierra son el resultado de la desidia política, y del beneficio a corto plazo. Es tiempo ya de que los gobernantes introduzcan en sus políticas medidas urgentes para paliar la enorme catástrofe que se avecina y, al mismo tiempo, es prioritario educar e informar a los ciudadanos para que cuiden con mimo el entorno que nos rodea. De otro modo, algún día y en cualquier momento la Tierra "escupirá al hombre".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de agosto de 2003