Los mercados de valores mostraban ayer síntomas de agotamiento y ello a pesar de que ni tan siquiera han llegado a definir una tendencia a lo largo de todo este mes.
A medida que se acerca el inicio del nuevo curso se incrementan las precauciones debido a los datos macroeconómicos que los gestores se van a encontrar sobre la mesa y de los que se desconoce qué respuesta pueden provocar. En principio casi nada ha cambiado, ya que el Ibex 35 gana poco más del 1% desde finales de julio, y las perspectivas sobre los resultados empresariales han cumplido su función de ejercer de reclamo para un dinero poco dispuesto a correr riesgos.
El Ibex 35 terminó ayer con un avance del 0,19%, que tanto puede interpretarse como una consolidación de posiciones como un producto de la inactividad.
El amplio movimiento lateral que vienen desarrollando los índices es producto del equilibrio entre lo que aportan los resultados empresariales y lo que resta la incierta evolución de la economía, sobre todo en Wall Street, mercado que está sirviendo de guía para el resto y que también sobrelleva el mes de agosto con un saldo ligeramente superior al 1%.
La contratación en el Mercado Continuo fue en esta sesión de 937,24 millones de euros, casi la misma que el día anterior y con una concentración muy alta entre los grandes valores.
La situación en el resto de las grandes bolsas europeas era muy parecida, aunque con resultados ligeramente superiores como respuesta a las mayores pérdidas de los días anteriores. La Bolsa de París recuperó el 0,72% y la de Londres el 0,69%, mientras que Francfort se benefició de la mayor tranquilidad de Wall Street y subió el 0,80% al cierre de la sesión.
Los inversores estadounidenses se muestran muy cautos ante la velocidad con que la política presupuestaria del presidente Bush genera un déficit histórico. Wall Street cedía el 0,05% a media sesión en una jornada en la que sólo destacaba la pasividad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de agosto de 2003