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Aznar pide el voto para su sucesor porque España "necesita cuatro años más de gobierno honrado"

El líder del PP dice que Zapatero sólo "ha demostrado su ansiedad por llegar al poder"

Quintanilla de Onésimo

José María Aznar no se presentará a las elecciones de marzo de 2004, pero ayer comenzó en Quintanilla de Onésimo la campaña electoral pidiendo el voto para quien sea su sucesor porque "España necesita cuatro años más de gobierno honrado y fiable" y, según él, eso sólo lo "garantiza" el Partido Popular. No dio la más mínima pista sobre su sucesor, pero, por la mañana, el abad del monasterio de Santo Domingo de Silos dijo que los monjes benedictinos "rezan" para que éste "valore y promueva aquellas ideas que mejoren la convivencia de todos los españoles".

Aznar se va, las apuestas están abiertas sobre quién será el candidato del PP a la presidencia del Gobierno, pero el líder popular pretendió ayer, en su despedida del periplo castellano-leonés que cada agosto concluye con una cena con militantes populares en Quintanilla de Onésimo (Valladolid), que eso no es lo relevante. Lo que cuenta es el proyecto de su partido: el único "serio, con criterio, que jamás ha perdido el sentido de la responsabilidad, fuerte, unido, en el que se puede confiar". Además, enfatizó, "en España no hay alternativa al PP, y eso no es un calificativo, es un diagnóstico".

Faltan siete meses para las elecciones generales de marzo y antes habrá autonómicas en Madrid, Cataluña y Andalucía. Pero Aznar pidió ayer el voto directamente para las generales, a las que no concurrirá ni como diputado. "Entramos en un año electoral", arrancó. Y en él "los ciudadanos decidirán si quieren avanzar más con el proyecto del PP o si prefieren la opción de la incertidumbre y la inestabilidad".

Aznar cree probado que esa segunda opción es la que representa el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero. Puso como ejemplo de esa "incertidumbre" que el líder socialista, a quien no nombró, "quiera dar la razón a 17 proyectos, a 17 ideas de España en vez de agrupar en una idea, en una ambición, las distintas sensibilidades territoriales". El problema de esta opción, a su juicio, es que nada así ocurre "en ningún país serio". En ellos "no se cuestionan las reglas de convivencia todos los días", subrayó. Nada de eso ocurre, sentenció, en democracias asentadas. "Y los españoles no andamos sobrados de democracia para cuestionar cada poco nuestras instituciones". Sí lo hace, según Aznar, el PSOE de Zapatero es porque "no es alternativa de Gobierno sino sólo una oposición sin dirección, sin equipo y sin proyecto".

Enfrente situó al PP, con su nuevo líder, a quien encomendó que su oferta electoral incluya tres ejes: "la estabilidad constitucional, el bienestar de los españoles y una fuerte proyección internacional" que no olvide "la lucha contra el terrorismo". Es decir, el sucesor hereda las patas sobre las que deberá articular la campaña: prometer una política económica para "el pleno empleo", comprometerse a convertir a España en "una de las potencias de Europa" y conjurarse a "no modificar el modelo constitucional".

Como el lunes en Menorca, Aznar se despidió ayer de los militantes populares y les dijo que ya no habrá más cenas como estas. El liderazgo lo ejercerá otro. "Y, bueno, yo me voy. Con la convicción de que es lo mejor para mi país y para mi partido, porque el arte de gobernar no es sólo tomar decisiones y saber mantenerse en el timón cuando soplan vientos huracanados en contra, sino también saber dejarlo".

Se va sembrando la polémica: "Dicen que soy un castellano secarrón. No me ha importado nunca, porque los castellanos siempre han tenido una visión global, integradora y generosa de España".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de agosto de 2003