Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
OPINIÓN DEL LECTOR

El estado becaria

Es un problema tener tratos con el imperio. Soñando tímidamente en ser su barragana de cuerpo entero, hacemos algo peor que nada, la contratransición, el paleofranquismo africanista. El pueblo secunda o padece la alta traición, no democratizada, mayorizada no más, mientras el Estado rector sólo cuenta con su precario puesto de becaria entre horas.

Las becarias presidenciales ("físicas") del propio imperio se han hecho de oro porque les quedaba el mundo para dar escándalo. Pero actualmente, cuando las Españas terminen su pertinaz becariado, a quién recurrirán: ¿fingirán que hubo amor, que todo esto es platónico, se taponarán los oídos para no escuchar las carcajadas del mundo libre, o seguirán como ahora?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de agosto de 2003