La economía brasileña entró formalmente en el club de los países en recesión al confirmarse ayer que completó su segundo trimestre consecutivo con caída en su producto interior bruto (PIB). El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística informó de que el PIB se contrajo en el segundo trimestre del año un 1,6% respecto del trimestre anterior y un 1,4% en relación al mismo periodo de 2002, lo que se añade al descenso del 0,6% en el primer trimestre del año.
Esa caída, la mayor desde 1998, cuando Brasil fue golpeado por una crisis financiera, representa un duro golpe para el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que prometió un "festival de crecimiento para el segundo semestre del año". El Ejecutivo prevé un avance del 1,5% para 2003, y el FMI, un 2%.
Las causas de la caída fueron la mala evolución de la industria, la caída de la renta de los trabajadores y el aumento del desempleo. Por el contrario se han recuperado las exportaciones y el sector agrícola, lo que hace confiar al Gobierno en la recuperación. Los analistas estiman que Brasil comenzará a mejorar en lo que queda del año.
El Ejecutivo de Lula presentó ayer su Presupuesto para 2004, el primero que elabora un gobierno de izquierdas, que asciende a 402.000 millones de reales (unos 123.105 millones de euros). El proyecto prima el sector social, dotado con 2.113 millones de euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de agosto de 2003