El Congreso argentino aprobó ayer reformas al Banco Central que el Fondo Monetario Internacional (FMI) demandaba como requisitos para aplazar la deuda de 2.900 millones de dólares que el Gobierno debe afrontar el próximo 9 de septiembre. De no poder derogar el pago a organismos multilaterales en esta fecha, Argentina entraría en cesación de pagos. La reforma servirá como una garantía del Gobierno al FMI de que Argentina podrá cumplir con los compromisos de pago que asuma.
En caso de que al Gobierno no le alcance el superávit fiscal para pagar sus deudas, el Banco Central le adelantará hasta un 10% a cuenta de la recaudación de impuestos del año siguiente. El Banco Central podrá anticipar, exclusivamente para pagar deuda pública, préstamos que no superen el 10% de la recaudación. Todos los adelantos deberán ser devueltos al Banco Central, como máximo, en los 12 meses siguientes.
La aprobación de las reformas coincidió con el anuncio del FMI de que desembolsará 310 millones de dólares para Argentina. Por otra parte, ayer se conocieron los datos de la balanza comercial argentina, que registró en julio un superávit de 1.522 millones de dólares. En los siete primeros meses del año, el saldo favorable asciende a 10.210 millones de dólares.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de agosto de 2003