En los mercados de valores persisten las dudas sobre qué hacer a corto y medio plazo, debido a la indefinición de los indicadores macroeconómicos y a la propia altura de las cotizaciones. Los precios no invitan a tomar posiciones, al igual que el entorno económico, y los resultados empresariales ya han dado de sí todo lo que podían.
La reanudación de la actividad "normal" a partir del próximo lunes se presenta complicada y está provocando algunos ajustes que se han convertido en lo único destacable de estas sesiones. Ayer, esta actividad fue en aumento y la contratación en el Mercado Continuo superó los 1.000 millones de euros por primera vez en la semana, hasta alcanzar los 1.202,25 millones.
Los inversores tienen opiniones muy dispares sobre lo que puede aportar el futuro más inmediato, situación que ayer encontró argumentos de todo tipo en los datos macroeconómicos publicados.
El crecimiento del PIB de Estados Unidos en el segundo trimestre fue revisado al alza hasta el 3,1%, desde el 2,4% anterior, gracias al consumo privado y los gastos federales en defensa, mientras que las peticiones semanales de subsidio de desempleo volvieron a tomar la senda alcista, con 3.000 nuevas demandas, hasta sumar 394.000. Estados Unidos crece, pero no genera empleo, lo que mantiene las dudas sobre la proyección de esta situación a medio plazo.
La reacción de las bolsas fue, una vez más, neutra, con discretas subidas en Europa y numerosos problemas en Wall Street, que, aunque empezó perdiendo, cerró con una leve ganancia del 0,43%. El Nasdaq se revalorizó un 1,01%.
El Ibex 35 recuperó el 0,45%, pero se mantiene por debajo de los 7.200 puntos, mientras que París ganaba el 1,31% y Francfort subió el 0,28%. Uno de los argumentos que esgrimían los operadores como causa de estos avances era el incremento en la masa monetaria en la eurozona, que creció el 8,5% en julio, y que puede manifestarse en un aumento del consumo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de agosto de 2003