Dentro de la política de las grandes empresas que se ha implantado este verano de presentación de Expedientes de Regulación de Empleo (ERES) y cierre de fábricas, se encuentra Altadis (la antigua Tabacalera).
Esta vez, además de cierres y regulaciones en otras zonas de España, lo hace con especial virulencia en Andalucía (Altadis ya cerró la factoría de Málaga) y quiere ahora proceder al cierre de la factoría de Sevilla y de toda la producción de puros en la de Cádiz.
Desde que con la complicidad omisiva de los sindicatos "mayoritarios" se produjo la modificación del Estatuto de los Trabajadores y dejó de exigirse que los ERE tuviesen que estar basados en causas económicas, las empresas, y en esta ocasión Altadis, lo están aprovechando.
Éste es un nuevo ejemplo de empresa con beneficios económicos importantes en el último trimestre y en el último año, incluso se pavonea de ello en su página web, y, sin embargo, procede a reducir el empleo drásticamente en Cádiz, y la totalidad de la plantilla en Sevilla. Sin duda, el ansia de beneficio empresarial no tiene límites.
Desde CGT hemos anunciado que apoyaremos y convocaremos cuantas acciones sean necesarias para que esto no se produzca. Nuestros delegados en estas empresas están en ello y desde la confederación andaluza van a contar con todo el apoyo necesario, pero también es necesaria la colaboración de la sociedad. También ella está implicada en los resultados nefastos de estas políticas empresariales, más desempleo y sufrimiento de cientos de familias, y, al mismo tiempo, más impuestos para cubrir socialmente a estos compañeros, mientras la empresa sigue engordando su cuenta de resultados.
La CGT ha planteado soluciones a corto y largo plazo. Exigimos reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales; jubilación a los 55 años de todos los trabajadores; que por cada jubilación haya una nueva incorporación laboral; modificación de la legislación laboral para exigir que los ERE's tengan obligatoriamente causas económicas; aprobación de una ley que obligue a la reinversión de parte de los beneficios y su traducción en creación de empleo. Estamos abiertos a la negociación, pero no a la claudicación.
Los poderes públicos también deben colaborar y poner freno a estas políticas; tienen que presionar a Altadis desde Andalucía, si ésta no modifica sus pretensiones, y lo pueden hacer de diversas formas: anunciándole su no colaboración mediante ayudas ni beneficios de ningún tipo y bloqueando la posibilidad de recalificación de los terrenos de la factoría. Pronto veremos quiénes por acción u omisión se encuentra en la defensa de puestos de trabajo de Altadis y quiénes permiten el ERE. Por lo pronto, todos debemos participar en las movilizaciones para impedir esta sangría de puestos de trabajo para Andalucía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de agosto de 2003