No soy un cinéfilo, pero me gustan bastante los anuncios publicitarios que, bajo el nombre Andalucía de cine, promocionan los rincones más fotogénicos de nuestra tierra. Por ello, me he propuesto darles ideas a nuestros gobernantes y proponerles un anuncio propio del neorrealismo italiano de Rosellini. Imaginen una persona de 87 años, inválida y que durante dos días se encuentra ingresada en un hospital de Huelva por los efectos del calor. Le dan de alta y después de esperar toda el día lo suben a una ambulancia con cuatro enfermos más, sin médico ni DUE. Comienza el viaje, dejan a los otros pasajeros en San Juan del Puerto, Almonte y El Rocío. El paciente, aún vivo tras una odisea de más de una hora, llega a su residencia en Matalascañas enajenado y exhausto. El problema de esta breve idea es que no es cine y el protagonista es mi abuelo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de septiembre de 2003