Los expertos lo advirtieron y no se equivocaron. El fuel del Prestige ha llegado con insistencia a las playas de Euskadi durante los meses de julio y agosto y ha deslucido en parte un verano que podía haber sido antológico por el buen tiempo, inusual en esta comunidad. Los servicios de limpieza han retirado de los arenales entre ambos meses un total de 333,82 toneladas de restos impregnados de chapapote y sólo en agosto se han recogido otras 186,6 en el mar, donde el fuel es mucho más puro. Con junio, ha sido el peor mes desde la primera marea negra, en febrero. "Va a seguir arribando a nuestras costas como hasta ahora", dice Andoni Artola, de la Comisión Interinstitucional de seguimiento del vertido.
Los protagonistas del verano han sido el sol y el Prestige. "No sabes con qué te vas a encontrar cada mañana cuando te levantas para ir a la playa", explica un hombre que limpia las playas de San Sebastián. Unas 250 personas han trabajado en los arenales vascos, en un operativo que ha costado hasta ahora 39,7 millones de euros. Ayer fueron localizados restos de fuel en playas de Dunkerke, al norte de Francia, aunque aún no se ha podido confirmar si son del Prestige.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de septiembre de 2003